La monumental fachada del plateresco edificio, bajo título de la capilla funeraria de El Salvador del Mundo, cierra por el Este una de las plazas que, con mayor razón se puede llamar monumentales: la de Vázquez de Molina. Plaza declarada Patrimonio de la Humanidad, hace ya casi seis años junto a Baeza. Es de planta irregular y desproporcionada, cuya inmensidad resta, en gran parte, grandeza a los monumentos que la rodean. Así esta imponente fachada del panteón funerario de la familia Cobos, situada en el extremo menor, pierde proporción y necesitamos una escala humana para apreciar su monumentalidad. En sentido vertical se divide en tres cuerpos separados por dos contrafuertes adecuados a los muros de la Iglesia.
Obra capital del renacimiento español en su fase de transición desde el plateresco, este templo, es fundación del mecenas Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos I y Adelantado de Cazorla, es diseñada por Diego de Siloé, con la apasionada y decisiva intervención del francés Esteban Jamete, constituye una tesis doctoral de Andrés de Vandelvira. En frase de Chueca Goittia añade: “… El Salvador no es Vandelvira, pero en el Salvador está Vandelvira y de allí ha de salir…”.
El cuerpo bajo de la portada se ejecutó, deliberadamente, con arreglo al canon marcado por la puerta del Perdón de Granada. Columnas que se alzan sobre pilastras. Columnas pareadas de orden corintio complejo, adornadas de guinarldos y frutas. Arco de medio punto; en su intradós están esculpidos los dioses del Olimpo (Netupno, Atenea, Eolo, Diana, Mercurio…). En la clave Cupido. En las enjutas dos figuras femeninas sujetando una cartela con la inscripción de la Fe y la Justicia.
En las retropilastras, cuajadas de decoración escultórico, aparece en medallones de altorrelieve las figuras de Cesar, Carlos V, Santa Helena, Cobos… entre los capiteles podemos ver temas alusivos al abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la puerta Dorada y el nacimiento de María de Nazaret.
Destaca el entablamento con escenas bíblicas de la caída del Maná y de la adoración de la serpiente de bronce. En el centro escenas clásicas de Ovidio.
En el segundo cuerpo destaca el recuadro moldurado, que representa la Transfiguración de Cristo. Entre los intercolumnios, las imágenes de San Pedro y San Andrés. En el tercer cuerpo una ventana ser liana, en alusión a la Santísima Trinidad, rematándose el monumental conjunto con un frontón triangular liso.
La fachada es flanqueada en los extremos por dos torres circulares, con decoración de brucaneos, cabe destacar, dos sarcófagos sobre los que se levantan dos guerreros vestidos de centurión romano y dos mandonas sosteniendo las armas heráldicas de Francisco de los Cobos y su esposa María de Mendoza., destacable son también dos medio relieves que escenifican las luchas entre Hércules y Gerión
Hay curiosas opiniones, de esta admirable obra de arte, a lo largo de los años, así, los viajeros Pi y Margall, se expresaron hace más de dos centurias sobre esta fachada:”… arte que únicamente habla a los sentidos…” “…es la iglesia más pagana y sensual del Renacimiento andaluz”, y el catedrático y profesor Joaquín Montes Bardo”…cabe señalar la complejidad de este monumento funerario, el cuál se mezclan, el pensamiento de Erasmo o el discurrir de la liturgia católica…”
Obra capital del renacimiento español en su fase de transición desde el plateresco, este templo, es fundación del mecenas Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos I y Adelantado de Cazorla, es diseñada por Diego de Siloé, con la apasionada y decisiva intervención del francés Esteban Jamete, constituye una tesis doctoral de Andrés de Vandelvira. En frase de Chueca Goittia añade: “… El Salvador no es Vandelvira, pero en el Salvador está Vandelvira y de allí ha de salir…”.
El cuerpo bajo de la portada se ejecutó, deliberadamente, con arreglo al canon marcado por la puerta del Perdón de Granada. Columnas que se alzan sobre pilastras. Columnas pareadas de orden corintio complejo, adornadas de guinarldos y frutas. Arco de medio punto; en su intradós están esculpidos los dioses del Olimpo (Netupno, Atenea, Eolo, Diana, Mercurio…). En la clave Cupido. En las enjutas dos figuras femeninas sujetando una cartela con la inscripción de la Fe y la Justicia.
En las retropilastras, cuajadas de decoración escultórico, aparece en medallones de altorrelieve las figuras de Cesar, Carlos V, Santa Helena, Cobos… entre los capiteles podemos ver temas alusivos al abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la puerta Dorada y el nacimiento de María de Nazaret.
Destaca el entablamento con escenas bíblicas de la caída del Maná y de la adoración de la serpiente de bronce. En el centro escenas clásicas de Ovidio.
En el segundo cuerpo destaca el recuadro moldurado, que representa la Transfiguración de Cristo. Entre los intercolumnios, las imágenes de San Pedro y San Andrés. En el tercer cuerpo una ventana ser liana, en alusión a la Santísima Trinidad, rematándose el monumental conjunto con un frontón triangular liso.
La fachada es flanqueada en los extremos por dos torres circulares, con decoración de brucaneos, cabe destacar, dos sarcófagos sobre los que se levantan dos guerreros vestidos de centurión romano y dos mandonas sosteniendo las armas heráldicas de Francisco de los Cobos y su esposa María de Mendoza., destacable son también dos medio relieves que escenifican las luchas entre Hércules y Gerión
Hay curiosas opiniones, de esta admirable obra de arte, a lo largo de los años, así, los viajeros Pi y Margall, se expresaron hace más de dos centurias sobre esta fachada:”… arte que únicamente habla a los sentidos…” “…es la iglesia más pagana y sensual del Renacimiento andaluz”, y el catedrático y profesor Joaquín Montes Bardo”…cabe señalar la complejidad de este monumento funerario, el cuál se mezclan, el pensamiento de Erasmo o el discurrir de la liturgia católica…”
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