29 jun 2023

Monumento al General Saro, a los 16 años de su restauración (2007-2023).

 

Juan Ángel López Barrionuevo

Monumento Al General Saro, año 1982. Foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan

Monumento al General Saro. año 2015. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna

Monumento al General Saro. Monumento al General Saro. Postal de Ediciones García Garrabella.(1968) Gabriel Delgado Juan


 

El 30 de marzo de 2007 pasó a la historia como el día en que finalizaron las obras del parking de la Plaza de Andalucía ya que, tras 7 años en el exilio necesario, el monumento al General Saro ha volvió a su plaza.

 En cuanto a Don Leopoldo Saro Marín[1], fue un gran benefactor hacia el pueblo de Úbeda, que bajo sus auspicios en la década de los años veinte, realizó numerosas obras de gran envergadura en nuestra ciudad: la Explanada, el Alcázar o Cristo del Gallo entre otras, hizo el Cuartel de la Remonta (hoy Academia de la Guardia Civil), Parador Nacional de Turismo e inició el ferrocarril de Baeza-Utiel, etc.

Como gratitud, el pueblo decide en Julio de 1928, la erección de un monumento a este personaje histórico. De su ejecución se encarga el escultor de Santisteban del Puerto, Jacinto Higueras, el arquitecto municipal don Eduardo de Garay y al arquitecto auxiliar, Antonio Flores Urdapilleta.


Esta figura del General Saro, en bronce, está sobre plinto de poca altura en forma piramidal, con base rectangular en piedra. Representa en la cara anterior de unos soldados protegidos por el Ángel de la Victoria, y en la parte posterior, diversos grupos de trabajadores guardados por alado de la Paz. El basamento en piedra, se encuentra en unas condiciones muy desfavorables.
La escultura, una de las más logradas del imaginero santistebeño, está de pie y su parte es apuesto.

La historia de esta obra no puede ser más rocambolesca[2]. Realizada a instancia del ayuntamiento de Úbeda en reconocimiento a la figura del general y sufragada por el propio ayuntamiento y por suscripción popular, se instala en 1930. Desmontada[3] en varias ocasiones, la última con motivo de la creación de un aparcamiento subterráneo comenzada en el 2000, el monumento estuvo durante siete años guardado en dependencias municipales.


La figurada del general fue blanco de los disparos y la peana, también tallada por Jacinto Higueras, sufrió importantes desperfectos. La obra, restaurada por el escultor Alfonso Cobo, como ya he citado en el 2007 este monumento ha vuelto a erguirse en la plaza de Andalucía, en cuanto a Alfonso Cobo, este nació en Úbeda el día 10 de julio de 1977. Cuando abandona los estudios se pone bajo el magisterio de Ramón Cuadra para iniciar su carrera artística. De su contacto con el veterano escultor le queda su principal filiación artística de hoy, la restauración de escultura e imaginería religiosa. Actualmente, Alfonso ejerce como empresario en la Taberna Calle Melancolía, local hostelero dedicado al cantautor ubetense Joaquín Sabina.

Sobre el basamento del monumento, esta formado de  troncopiramidal, desarrolla en sus dos caras un programa simbólico cuyos precedentes se pueden rastrear en otros monumentos del autor. Por un lado, realiza un homenaje al trabajo duro y esforzado del mundo rural; por otro lado, ensalza a los héroes que luchan por la defensa de su patria. Pero procedamos a un análisis más exhaustivo.
Los relieves de la cara posterior están presididos por la diosa Minerva, divinidad griega que simboliza las artes y la sabiduría, así como el concepto de la ciudad y sus integrantes. La diosa aparece representada de cuerpo entero, siguiendo su iconografía tradicional, vestida con túnica, coronada con un casco, y portando lanza y escudo. A los lados encontramos otras dos figuras mitológicas arrodilladas: Mercurio, el dios del comercio, identificado con su pétaso (sombrero con alas), y portando una bolsa llena de dinero. Como complemento a este dios mercantil encontramos a la Abundancia, mujer dispuesta en posición similar, portando la cornucopia o cuerno de la abundancia.


A este núcleo divino se unen otros personajes que muestran el ambiente rural propio en el que se crio el escultor, y a la vez alegato de clases humildes y trabajadoras, en su lucha diaria y constante. Así, junto a Mercurio hallamos dos hombres cargando sacos, así como una mujer portando una cesta sobre sus hombros, y un tercer hombre arrastrando una carretilla. Por el otro lado, junto a la Abundancia, se dispone un hombre y dos mujeres vareando aceituna, cerrándose el conjunto con una pareja de campesinos que recogen los frutos en un canasto.

Sin duda, un bello homenaje al mundo agrícola, base de la economía y la prosperidad de las ciudades, especialmente indicado en el momento y lugar para el que se labraron estos relieves, como era la Úbeda de comienzos del siglo XX.

Vicisitudes acerca del monumento a Saro escrito por Manuel Madrid Delgado.


General Saro. 2007, tras su restauración, fotos de José Manuel Almansa Moreno


Higueras realiza un extraordinario monumento para el General Saro, uno de los mejores que hay hoy en día en la provincia. En el magnífico basamento de piedra se aprecia, de un lado, la Victoria rodeada de soldados con gestos aguerridos y en ademán de lucha, empujando combativos hacia adelante; en el otro lado el sereno ángel de la Paz -de un clasicismo extraordinario y tocado con elementos militares, para destacar el mensaje, tan propio del momento, de que la paz fructífera es consecuencia de la lucha-, rodeado de obreros, jornaleros... (Todo este basamento, sobre todo en el lado de la Paz, se encuentra muy deteriorado por los distintos traslados que ha sufrido el monumento y especialmente por el trato a que fue sometido desde junio de 2000). Sobre esta mole de piedra se levanta la estatua en bronce del general, inclinado hacia delante, con el capote militar casi arrastrando y caído de uno de los hombros, y con la mano derecha sosteniendo los prismáticos con los que parece otear el horizonte, en plena dirección de una batalla. Fue inaugurado en 1930, pero pocos meses después, instaurada la República y abierto el torpe proceso de responsabilidades por colaboración con la Dictadura, el Ayuntamiento pide a la familia -así lo acuerda el 13 de mayo de 1931- que desmonte el monumento y se haga cargo de él. Los Saro así lo hacen y el monumento es instalado en la finca de 'El Teatino'.

En 'El Teatino' -mientras las milicias buscan por Madrid a Saro para fusilarlo- los anarquistas fusilan la estatua en el verano de 1936 y la arrancan del pedestal para arrojarla a la alberca en la que pasaría los tres años de guerra: todavía son visibles esas míticas 'heridas' de bala en la efigie de Saro, todavía están visibles en el bronce las manchas del agua verdosa. Nada más terminar la guerra, la estatua es rescatada y el monumento completo se instala en la Plaza del Mercado -bautizada por entonces como "Plaza del Generalísimo"- y el 17 de agosto la ciudad celebra un funeral en memoria de Leopoldo Saro en una abarrotada iglesia de Santa María. Y se le encarga a José María Tamayo que pinte un nuevo retrato del general -el anterior también había sido pasado por las armas-, ya con los atributos de general de división, que es el que hoy cuelga en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.

Avanzada la dictadura franquista, el monumento del general Saro vuelve a trasladarse de sitio. Si somos maliciosos, debemos pensar que no debía hacer gracia a las autoridades franquistas que un general tuviese un monumento en una plaza del Generalísimo, porque eso podía hacer pensar a los menos duchos en los entresijos de la tiranía que el 'generalísimo' era Saro y no Franco. Así que a finales de la década de los 50, y con la excusa de poner en el centro de la Plaza del Mercado una estatua a San Juan de la Cruz, el monumento de Saro se vuelve a desmontar y se traslada a la Plaza del General Saro, hoy Plaza de Andalucía. Allí la conocería el niño y adolescente y joven que fue Muñoz Molina, y el General Orduña y su estatua fusilada y su plaza llena de personajes, forman parte imprescindible del universo literario de Mágina. Allí sigue hoy en día el monumento, aunque estuvo a punto de desaparecer fusilado y ahogado por la estrechez de miras y la ignorancia políticas.

 

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Fuentes consultadas

https://www.ideal.es/jaen/v/20100410/ubeda-baeza/estatua-fusilada-20100410.html

http://civycultura.denison.edu/artes/sXX_1/galeria/pages/escultura/01.html

 https://esculturaurbana.com/podescultura/general-saro-monumento-al/


[1] Según Ginés Torres, en su volumen II, de su exaltada obra Historia de Úbeda en Sus Documentos, acerca de Leopoldo Saro y Marín, nos dice:  <“…Es vieja la vinculación de este ilustre cubano a la ciudad de Úbeda. Fue el concejal don Cesáreo Pérez Almagro quien propone al ayuntamiento el nombramiento de Saro en su categoría de “Hijo Adoptivo” de Úbeda, por su brillante actuación en la campaña del Rif, acciones militares que le valen a don Leopoldo su ascenso a Comandante.

Dice la propuesta de Pérez Almagro: “…que aunque no ha nacido en nuestra tierra, pues vio la luz bajo el hermoso cielo cubano, es ubetense de corazón y por muchos motivos profesa a este país muy hondo afecto…”>
< Es en 1927 cuando Úbeda da el nombre de don Leopoldo a la antigua Plaza de Toledo y este mismo año se le rinde un caluroso homenaje del ayuntamiento al General Saro en reconocimiento a este ilustre bienhechor… este homenaje bien pudiera consistir en la erección de una estatua instalada en una plaza o paseo el cual llevaría su nombre…

En 1928 el Ayuntamiento acuerda librar cinco mil pesetas para la estatua de Saro que fue inaugurada en 1930 >

[2] En 1928 el Ayuntamiento acuerda librar cinco mil pesetas para la estatua de Saro que fue inaugurada en 1930 >
Situada primero en el Paseo del Mercado; es en 1957, bajo la Alcaldía de Miguel Sánchez Díaz, cuando se sitúa en la antigua plaza de Toledo (actual plaza de Andalucía), el monumento del Ilustre General, siendo desmontada junto al basamento de piedra, en junio de 2000, por motivo de las obras de aparcamientos subterráneos, que se realizaron, en dicha plaza.

[3] En los primeros meses de 2003, bajo la Alcaldía de Marcelino Sánchez Ruiz, se acuerda en comisión, montar otra vez el monumento. Así, en el año 2006 un grupo de ciudadanos preocupados por su patrimonio, están recogiendo miles de firmas, para que vuelva a montarse tan singular monumento, ante la negativa del área de Urbanismo, del entonces gobierno local de Juan Pizarro (D.E.P).

20 jun 2023

El Plateresco Palacio De Los Dávalos

 

 

 

 

 

Detalles de la Fachada Principal de la Casa de Las Torres

           

En la antes recatada y romántica placita de San Lorenzo, se levanta este hermoso palacio, popularmente llamado Casa de las Torres, debido a sus dos altas torres que enmarcan una portada plateresca dividida en tres alturas. Sus fundadores fueron Andrés Dávalos y de la Cueva, Caballero de Santiago, Regido de Úbeda y Corregidor de Murcia y Guadix y su esposa Antonia de Orozco y Afán de Rivera.

 

             Como en muchos otros edificios, esta mansión suscita misteriosas historias de fantasmas y apariciones, cargadas de significaciones místicas para los ciudadanos. En torno al antiguo palacio de los Dávalos (Casa de las Torres) existe una historia impregnada de matices legendarios que nos habla del hallazgo de una emparedada, hecho que ha propiciado varias versiones, como la que se recoge en la novela de Antonio Muñoz Molina “El Jinete Polaco”.

Aspecto antiguo del Patio interior. Foto gentileza Gabriel Delgado Juan


 

            Declarado Monumento por Real Orden el 25 de Mayo de 1921, es un edificio construido durante las dos primeras décadas del siglo XVI por mandato de Andrés Dávalos de la Cueva, siendo la primera mansión palaciega que se levanta en la ciudad. Es exponente de una época de transición en la que se sintetizan elementos ideológicos y estilísticos a caballo entre los períodos medievales y renacimiento. Su fachada, a modo de gran telón ornamental, combina elementos novedosos con los de más pura tradición gótica, como las gárgolas del remate superior, o las representaciones heráldicas de origen caballeresco. Como anécdota, estuvo a punto de ser vendida esta fachada en los años veinte del siglo XX, pero esto es otra historia…

           

            El patio que representa medio siglo de retraso con relación a la fachada; a primera vista se aprecian esculturas semejantes a las de la Sacra Capilla del Salvador en los medallones del segundo cuerpo y en las gárgolas; y tanto por las arquerías, de sabor italiano, como por estar los capiteles embellecidos con el doble ábaco y los cuarteles del condestable, dan la sensación de una gran semejanza entre éstos y los del reconstruido palacio de Francisco de los Cobos. Es uno de los primeros patios de este estilo construidos en la ciudad.

 

            La escalera muy modificada en su estructura, conservaba un artesonado de rico estilo mudéjar, y que en la restauración del palacio de los años cuarenta del siglo XX, fue desmontado y puesto en las cubiertas del patio de la Casa-Museo Mudéjar. Como ya he dicho, a partir de la década de los años 1940 se comienza con la reconstrucción y consolidación de la fachada y de las galerías del patio. Finalizando en 1966 las obras, con la reedificación de las torres principales de la fachada y con la construcción de nueva planta en las crujías que lo rodean. Desapareciendo en dicha intervención numerosos salones con buenos artesonados de pequeñas artesas hexagonales, su capilla. Etc. 

El encargado del proyecto fue Francisco Prieto Moreno. Aunque las cubiertas del patio necesitan de una urgente restauración y mejora del edificio con instalaciones más modernas, hoy el palacio presenta un buen estado de conservación, Este palacio que fue cedido en 1954 por el Ayuntamiento al Estado como futuro centro de enseñanza, es hoy su actual arrendatario la Conserjería de Educación de la Junta de Andalucía. En 1968, comienza en este edificio un nuevo curso la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Cabe además citar la conferencia pronunciada por Don Juan Pasquau Guerrero; con motivo de la apertura del curso en 1973 -74, titulada las Bellas Artes en Busca del Hombre Perdido. Hoy es un edificio casi desconocido por los turistas que visitan la ciudad, ya que todas las tardes y los fines de semana permanece cerrado.

 

            Además de este palacio, frente a la Casa de las Torres en el lado izquierdo de la plaza, se alzó en otros tiempos la Casa del Capitán Don Luis de Medina, ya que sin saberse el motivo fue desmontada, sus sillares adquiridos por Bellas Artes, fue montada en 1966, en su actual emplazamiento de la Plaza Vázquez de Molina.

 

          Recordar que en el año 2004, con motivo de unas polémicas obras de urbanismo que se desarrollaron en este enclave, que algunos le gustan y a otros no, se ha creó una plataforma en defensa de la Plaza de San Lorenzo y cuyo principal objetivo es que se cree una comisión o una concejalía  en defensa del Patrimonio Cultural de esta bella Ciudad. Así, la emblemática iglesia que da nombre a la plaza, necesita ya de una urgente intervención, para que pueda ser usada por la cultura.

 

            Concluyo con un pequeño párrafo de la carta abierta de Antonio Muñoz Molina, a sus vecinos de San Lorenzo, por motivo de las citadas



obras… ahora en  el colmo de la barbarie y del absurdo, la plaza de San Lorenzo, mi plazuela de la infancia, está siendo destrozada igual que lo han sido a lo largo de los años tantas plazas memorables, tantos rincones de una ciudad que ya no existe. Árboles que han dado sombra a varias generaciones han sido cortados en unas pocas horas. El sabio empedrado, el testimonio de tantas destrezas artesanales perdidas, el espacio del trabajo y de las vidas cotidianas de tanta gente, todo está siendo destrozado por una autoridad que parece carecer igual de respeto a la memoria que de conciencia de las necesidades presentes…        

 

17 jun 2023

Agustín Palacios Martínez, en la Exposición ‘La memoria compartida’ del Instituto Estudios Giennenses.


Agustín Palacios Martínez, dando una conferencia sobre La Guerra Civil en Úbeda

Juan Ángel López Barrionuevo


El Instituto de Estudios Giennenses homenajeó a sus donantes. El pasado jueves 9 de marzo de 2023 por la tarde, en el Antiguo Hospital de San Juan de Dios de Jaén[1], se ha desarrolló un acto de reconocimiento a las personas e instituciones que han donado sus bibliotecas y archivos al IEG. También se aprovechaba para inaugurar la exposición ‘La memoria compartida’ que se exhibe en este mismo lugar.



Adela Tarifa como consejera directora del IEG (Instituto de Estudios Gienenses) expresaba su agradecimiento a todos los donantes. “Es una jornada histórica, cuando se reescriba la historia de nuestro centro este día será parte ya de nuestra historia. Hoy aprobamos una asignatura pendiente, ya que le debíamos un homenaje a todos los donantes”. Insistía “en la riqueza patrimonial y documental que tenemos. Es inmensa, en parte por adquisiciones debidas al esfuerzo de la Diputación apoyando todo lo que supone la cultura de la provincia y la investigación. Pero una parte importante son legados y donaciones que recibimos”.

Uno de sus donantes al IEG es el conocido ubetense Agustín Palacios Martínez.



-Que decir de Agustín Palacios Martínez- Aparte de la amistad que me une a él, , nace en Úbeda, el 14 de marzo de 1962.  Ha trabajado en el Ayuntamiento de Úbeda, bibliófilo e investigador autodidacta, cuenta con una de las mejores bibliotecas sobre temas ubetenses de la provincia de Jaén.

Ha colaborado en los periódicos de La Loma; Úbeda 30 Días; La Voz de Jaén; Úbeda Información; Ibiut y en diversas revistas sobre Semana Santa. Colaboró también en Gavellar, de la Casa de Úbeda en Madrid, de quien fue galardonado en 1998 con un premio.

Además pertenece a la Asociación de Úbeda, Caballeros 24 que luchan por proteger el patrimonio de la ciudad,...




Varios Aspectos del Hospital de San Juan de Dios de Jaén, hoy sede del Instituto de Estudios Giennenses



Fuente: https://cadenaser.com/andalucia/2023/03/09/el-instituto-de-estudios-giennenses-homenajea-a-sus-donantes-radio-jaen/?fbclid=IwAR15ITgc6bg06ttO9QSIOMOnCFMRkloFECM6z9TbloyvzIRWzJ7dzZ2Y63w



[1] Tiene su origen en la unión de los antiguos hospitales de la Santa Misericordia y de San Lázaro, que fueron entregados a la Orden de San Juan de Dios en el año 1619.

El complejo estaba formado por dos patios, una iglesia y el propio hospital, que fue ampliado en múltiples ocasiones.

Con las últimas remodelaciones, que finalizaron en 1957, llegó a ocupar una superficie de 12.000 metros cuadrados.

Tuvo actividad hasta octubre de 1973, fecha en la que transfirió sus competencias al recién inaugurado Centro Hospitalario Princesa Sofía de Jaén.

En los años posteriores el edificio quedó en un lamentable estado de abandono, hasta que en 1992 se rehabilitó como sede del Instituto de Estudios Giennenses.

 

  • En los años posteriores el edificio quedó en un lamentable estado de abandono, hasta que en 1992 se rehabilitó como sede del Instituto de Estudios Giennenses.

  

14 jun 2023

A la memoria de Alfredo Cazaban Laguna "el gran cronista oficial" de la historia del Santo Reino de Jaén.

 

En el Paseo del Mercado, 24 de marzo de 1935. Inauguración del busto en homenaje a D. Alfredo Cazabán Laguna ..., del archivo de D. Rafael Laínez Alcalá en la Diputación Provincial. Foto Archivo Gabriel Delgado Juan


Eran las once de la mañana del 13 de abril de 1870 cuando en una casa de la ubetense calle Mesones veía la luz primera Alfredo Cazabán Laguna, segundo hijo del matrimonio formado por el comerciante de origen francés Adolfo Cazabán Tajadet y Elvira Laguna Corral, natural de Úbeda. Un niño que, andando el tiempo y sin pasar por las aulas de la Universidad, se convertiría en el gran maestro de cronistas[1]. Cursó bachillerato en el colegio de los Escolapios de Úbeda, completando su formación con estudios de Magisterio.




El 24 de Marzo de 1935 a iniciativa del cronista de entonces, Rafael Gallego Díaz y por suscripción popular se inauguró este monumento-reconocimiento a nuestro paisano..( Fotos Archivo Gabriel Delgado Juan).



 

En estos años ya destacó por sus aficiones a la literatura, colaborando en periódicos locales como El Látigo y El Morcardón y publicó sus primeros versos.

La ruina de los negocios familiares y la prematura muerte del padre le llevan a Jaén en 1888. Allí, al amparo de personas influyentes, se abrió camino profesional, empleado en la Banca Montilla y contratado como auxiliar administrativo en la Diputación Provincial.

Sucesivos puestos en la administración y la docencia le dieron una buena posición económica.

Ello le permitió dedicar gran parte de su tiempo a cultivar la amistad de personas relevantes de la política y la intelectualidad, dada su facilidad para las relaciones sociales, y a volcarse en el periodismo y la literatura, campos en los que también tuvo éxito económico.

Fue hombre polifacético. Redactor de El Industrial de Jaén, El Pueblo Católico, La Unión, La Lealtad, La Regeneración y fundador y propietario y asiduo colaborador de la revista Don Lope de Sosa (1913-1931) de Jaén, Con 216 números editados y distribuidos a lo largo de sus dieciocho años de existencia en toda la geografía provincial, constituyen una base imprescindible para conocer el panorama cultural, artístico y literario de la provincia de Jaén en el primer tercio del siglo XX. Colaboró en periódicos locales y nacionales, caso de Blanco y Negro y La Vanguardia. Ejerció un relevante papel de animador cultural en la provincia.

Como escritor, destacó su producción poética. Su prosa, ajena al ejercicio de la crítica, tiende a ensalzar los meritos de la elite de su tiempo. Fue una persona apreciada en la provincia y recibió en vida infinidad de títulos y honores: miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén; cronista oficial de la provincia; académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando; director del Museo de Bellas Artes de Jaén[2]; comisario regio provincial de Turismo; caballero de la Legión de Honor de Francia; presidente de la Comisión Provincial de Monumentos; hijo adoptivo de Jaén e hijo ilustre de Úbeda, se puso su nombre a una plaza en 1927. Tras su muerte, el Instituto de Estudios Giennenses dio su nombre a los premios anuales de investigación.

Su vida privada estuvo llena de adversidades. En 1897 enviudó de María Tremedad Serrano y de Cello, quien le dio dos hijos, fallecidos prematuramente.

En su segundo matrimonio, con Rosa Náger, en 1900, también murió el primer hijo, aunque sobrevivieron los otros tres (Alfredo, Elvira y Trinidad). Alfredo Cazaban murió en Jaén el 14 de enero de 1931. Sus restos descansan en el cementerio de San Ginés de Úbeda.

 

Años después de su muerte, en su memoria, destacó la inauguración del monumento en el Paseo del Mercado en 1935. Este monumento obra de D. Jacinto Higueras Fuentes duró poco tiempo, ya que un año después fue destrozado al comienzo de la guerra civil. Pasada la guerra el escultor D. Juan Luis Vasallo, realizo una placa en bronce adosada a un bajorrelieve de piedra puesto en el mismo lugar de la plaza y que en 1959 en las obras de reforma de este espacio, dicho monumento fue trasladado a unos jardines de la calle Corredera junto a la iglesia de la Trinidad, en marzo de 2021 mediante las obras de urbanización realizadas, en dicha vía urbana no exentas de polémica, es sustituido por el monumento a la Semana Santa de Úbeda, siendo trasladado el monumento a Cazaban, mas abajo junto a los monumentos de los Cronistas Locales.  

 

En 1959 en las obras de reforma de la Plaza 1 de Mayo, dicho monumento fue trasladado a unos jardines de la calle Corredera junto a la iglesia de la Trinidad, en marzo de 2021 mediante las obras de urbanización realizadas, en dicha vía urbana no exentas de polémica, es sustituido por el monumento a la Semana Santa de Úbeda, siendo trasladado el monumento a Cazaban, mas abajo junto a los monumentos de los Cronistas Locales. Fotos de Marcos Expósito. 




 


Alfredo Cazabán Laguna (Úbeda, 13 de abril de 1870-Jaén, 14 de enero de 1931)​ fue un escritor y periodista español. Se le considera «el gran cronista oficial» de la historia del Santo Reino.




[1] "No era universitario, pero en aquellos tiempos era normal. Muchos de los arqueólogos de aquella época tampoco procedían de la Universidad, sino de asociaciones y foros culturales, de sus ganas de dar a conocer el patrimonio. Cazaban es una muestra importante de esa formación humanista", asegura Juan Carlos Castillo Armenteros, cronista oficial de Torredelcampo y presidente de la Asociación Provincial de Cronistas Oficiales Reino de Jaén

[2] "En cualquier rincón de la provincia, ahí estaba Cazaban y dejaba sus estupendas crónicas, que denotan su gran formación, esa pasión tan enorme que tenía por el patrimonio de la provincia de Jaén. Su palabra sentaba cátedra, de hecho, él es uno de los principales valedores del IEG y de los museos arqueológico y provincial, a Cazaban le debemos muchas cosas", celebra Juan Carlos Castillo.

Calles en numerosos pueblos del Santo Reino y en su capital, bustos, monumentos, colegios rotulados con su nombre y hasta un premio anual convocado por la Diputación (su casa) le rinden tributo casi noventa años después de su partida al único jiennense distinguido con la codiciada Legión de Honor francesa. 

Su vida, entrañablemente narrada por Moreno Bravo, acabó a primeros de 1931 fresca aún la última edición de Don Lope, en su casa de la calle Ancha esquina Ramón y Cajal de la Capital Jienense, donde una placa colocada hace cincuenta años recuerda el lugar donde Alfredo Cazaban 'laboró por la cultura'.

 Fuente;

Wikipedia.

https://lacontradejaen.com/cazaban-aniversario-jaen/

12 jun 2023

La Letanía Mariana de Benissa (Valencia); Una Herencia De Nuestro Patrimonio Artesanal de Úbeda;

 

En Úbeda, José Muñoz Moreno “Muros”, desde hace muchos años se dedica a este oficio y realiza, en arenisca local o piedra de sillería, la talla de cualquier tipo de piezas decorativas desde fuentes o columnas, hasta chimeneas o esculturas

La cantería, que cuenta con una gran tradición histórica tanto en Úbeda y Baeza, en las últimas décadas ha experimentado un resurgir motivado por la restauración y rehabilitación de edificios históricos.

Patrona de Benissa (Valencia)


 

En Úbeda, José Muñoz Moreno “Muros”, desde hace muchos años se dedica a este oficio y realiza, en arenisca local o piedra de sillería, la talla de cualquier tipo de piezas decorativas desde fuentes o columnas, hasta chimeneas o esculturas.  Gracias al buen hacer   de este artesano ha llegado hasta nuestros días esta maravillosa herencia del maestro cantero, dentro y fuera de Úbeda.

Ya que, este artista ubetense realizó a finales del año 2005, una obra en altorrelieve representando la “Letanía Lauretana”. Dicha obra es para la Catedral Neogótica de la Puríssima Xiqueta de Benissa (Valencia), lugar donde se venera la patrona de la Villa.

 

Con una población de 9.821 habitantes, Benissa es una villa turística perteneciente a la provincia de Alicante, en la Comunidad Valenciana, a unos 70 Km. al noreste de la capital provincial. Destaca su Lonja de la Contratación (gótica, S. XV), un convento franciscano (S. XVI), el ayuntamiento (S. XVIII), la iglesia de San Pedro Apóstol. E Iglesia de la Puríssima Xiqueta. De estilo neogótico. Se conoce también como la "Catedral de la Marina" debido a la magnitud de sus dimensiones. Acabó su construcción en el año 1929 y contó, en todo momento, con la colaboración y esfuerzo de todos los benisseros. Benissa se asienta en una sierra costera, posee playas y calas.

         

José Muñoz “Muros”; para cometer dicho altorrelieve, ha utilizado la técnica “talla directa”; apoyándose en la particular pintura sobre la Letanía, realizada por Juan de Juanes en el S. XVI

José Muñoz “Muros”; para cometer dicho altorrelieve, ha utilizado la técnica “talla directa”; apoyándose en la particular pintura sobre la Letanía, realizada por Juan de Juanes en el S. XVI; dicha obra pictórica representa a la patrona de Benissa. “Muros” con esta obra ha demostrado con su técnica y agudeza que la artesanía entalladora ubedí, aún perdura en nuestra ciudad, con la misma habilidad y maestría de nuestros antepasados.

         

Este legado implantado en Úbeda, por artistas como Esteban Jamete. Convendría ser explotado por los organismos competentes; para recuperar y mantener todo el rico patrimonio escultórico que ennoblecen las innumerables fachadas de los monumentales inmuebles que se alzan en el Casco histórico de la ciudad.   

Los principios de las letanías en general se remontan a los primeros siglos de la cristiandad. Las letanías eran súplicas dialogadas entre los sacerdotes y los fieles y que se rezaban sobre todo en procesiones. Si bien al umbral, eran dirigidas sólo a Dios (en súplicas) se añadieron con el tiempo invocaciones a santos y sobre todo a la Virgen María (en intercesiones) usadas a partir del S. VII.





En la liturgia oriental se usaron desde el S. III. La composición de letanías marianas se hicieron en base a las generales y a la de las letanías de los Santos, en éstas se invocaba a María de 3 modos: Sancta María, Santa Dei Genetrix y Santa Virgo Virginum. A lo cual siguió una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales que constituyen el germen de las futuras letanías marianas.

El origen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este "Oficio" no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantaba; estas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el "Oficio Parvo de la Virgen" reformado. Lo cierto es que entre las variantes que existían habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas.

Las más antiguas letanías a María propiamente dichas se encuentran en un códice de Maguncia del S. XII titulado Letanía de Domina Nostra Dei genenetrice Virgine Maria. Ora valde bona, cotidie pro quacumque tribulatione dicenda est, con alabanzas largas y en cada verso repitiendo el Sancta María.

En el siglo XV y XVI las letanías marianas empezaron a multiplicarse. Por el año 1500 fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto hechas para el lugar. Hacia 1575 surgen unas nuevas letanías lauretanas conocidas como "modernas" con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que las primeras versiones fueron pasadas a segundo plano. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les dio indulgencias. Hacia el S. XVII la situación se hizo exagerada, en Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y no era el único caso. En 1601, con el decreto Quoniuam multi del 6 de septiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario y también las del santuario de Loreto, aquellas letanías ya eran llamadas como lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María La Mayor en festividades de la Virgen María. Los dominicos en 1615 ordenaron que se recite en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados.

Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas, como León XIII quien añadió "Reina del Santo Rosario", y "Madre del Buen Consejo", Benedicto XV añadió "Reina de la paz", Pío IX el "Reina concebida sin pecado original", Pío XII en 1951 "Reina asunta al cielo", Pablo VI el "Madre de la Iglesia" y "Rosa Mística" y Juan Pablo II “El Grande” incluyó el "Reina de las Familias".

          El uso de los símbolos ha sido muy fecundo en las Bellas Artes, sobre todo en los temas religiosos como recurso para expresar la espiritualidad por medio de la materia, acercando a la sensibilidad humana determinados conceptos o ideas.

 

          En cuanto a la pintura, el ejemplo más antiguo de Inmaculada rodeada de emblemas marianos se encuentra en la iglesia de Artajona (Navarra) y es de 1.497. Así la pintaron posteriormente, entre otros muchos, Pacheco y Zurbarán rodeada de numerosos símbolos, que así es como gusta mostrarla nuestros artitas. Otros símbolos frecuentes en la Letanía Lauretana, a saber: Estrella del Mar, Puerta del Cielo, Espejo sin mancha, Torre de David, Huerto Sagrado, Escalera de Jacob, Pozo de Sabiduría ......

         

                    A excepción de esta reciente obra que tratamos del ubetense entallador José Muñoz “Muros”; sobre los motivos que podemos ver en las Letanías, el espejo, la rosa, la torre, la casa, el arca y la estrella son, al mismo tiempo, invocaciones de la Letanía Lauretana y emblemas que se encuentran en los cuadros de la Inmaculada; la fuente, la palmera, el pozo y las azucenas, sólo lo hemos visto figurar en las pinturas.

         

          La Puerta que expresaría el papel mediador de María en la Salvación, como escalera de Jacob y puerta del cielo, o antesala de la ciudad de Dios. Iconografía preconcepcionista, en donde el arco de medio punto evoca la puerta de Jerusalén. Los dos acuáticos (la Fuente y el Pozo de aguas vivas, atributos de la virginidad y de notorias connotaciones con la sabiduría).  La Torre es otra de las invocaciones marianas, "Torre de David", Turris Davidica, metáfora aplicada a la Esposa y también con implicaciones sobre la virtud de la fortaleza.

         

El Espejo, "Espejo de Justicia", Speculum Iustitiae, es una invocación de la Letanía Lauretana. En la encíclica Redemptoris Mater hallamos esta expresiva afirmación acerca de la Virgen: "Entre todos los creyentes es como un espejo, donde se reflejan las maravillas de Dios", basada en el Libro de la Sabiduría 7, 26: "La sabiduría es el resplandor de la luz eterna y espejo inmaculado de la actividad de Dios y una imagen de su bondad". Cuando se la invoca como espejo de justicia queremos expresar que en ella se refleja la santidad divina, es decir, la perfección, pues el lenguaje bíblico identifica justicia con perfección. Y un objeto simbólico: el Espejo, espéculum sine mácula, alusivo a la larga vida, con formato oval de elegante diseño.

 

 

          La Palmera aparece citada en el Eclesiástico 24,14, junto con otras variedades de árboles, como elogio de la Sabiduría: "Crecí como cedro en el Líbano y como ciprés en las montañas del Hermón. Crecí como palmera en Engad, como magnífico olivo en la llanura…". Los árboles, siempre verdes y con vida, proporcionan un toque de esperanza de salvación. La liturgia aplica este pasaje a la Virgen María y así encontramos la palmera en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada. Un arbóreo –si prescindimos de la Palmera como antes he explicado- que es el Ciprés, expresivo de las nociones de triunfo y de victoria, aparte de ser distintivo en la época medieval de la castidad. Se encuentran asimismo floreros y otros motivos florales. Las Azucenas, por su nítida blancura, son alusivas a la condición virginal de la Madre de Dios y a su concepción libre de toda mancha. Las azucenas y otras flores, sobre todo los lirios, por su belleza son figuras de la belleza espiritual de María.

 

          La Rosa como emblema mariano fue arraigando especialmente en la Edad Media, aunque ya antes, a partir de los textos bíblicos, se acude a la mención de esta flor para expresar diversos conceptos de orden espiritual. Así, en el Eclesiástico 24,14, la Sabiduría, imagen de María, se refiere a sí misma con la siguiente expresión: “Crecí cual brote de rosa en Jericó...” San Buenaventura, en su obra La vid mística, presenta la rosa como figura de la caridad. La rosa suela llamarse “la reina de las flores”, y es símbolo de la caridad porque ésta es la reina de las virtudes. En la Letanía Lauretana se invoca a la Virgen como "Rosa Mística". Por otro lado, MARIA -obra maestra de la creación- lleva un manto azul que es como la vela de una nave, y simboliza el viento del Espíritu Divino. Se la rodea de distintas flores: rosas como símbolo de maternidad, y azucenas como símbolo de pureza.

          El Arca de la Alianza, Foederis Arca, era el más sagrado tesoro del pueblo de Israel. Contenía recuerdos tan significativos como las Tablas de la Ley, la urna del maná y la vara de Aarón, hermano de Moisés, que había florecido de forma maravillosa; era, asimismo, memorial de la alianza de Dios con el pueblo de Israel. Máximo, obispo de Turín, establece a finales del siglo IV el paralelismo entre el Arca de la Alianza y la Virgen María: "Pero, ¿qué es el arca sino Santa María?, pues si el arca contenía las Tablas del Testamento, María llevó en su seno al heredero del Antiguo Testamento. Aquélla tenía la palabra de Dios, ésta, el Verbo mismo". El patriarca Modesto de Jerusalén, restaurador de la iglesia de Monte-Sión y de otros santuarios de la Ciudad Santa que habían sido destruidos por los persas, compara el arca, fabricada de madera incorruptible, con María, preservada de la corrupción del sepulcro.

 

          La Estrella, en la Letanía Lauretana "Estrella de la Mañana", Stella Matutina, expresa simbólicamente la esperanza de quien aguarda la llegada del día después de las tinieblas de la noche. Diversos pasajes de la Biblia presentan a las estrellas como guías. El más conocido de todos es el de los Reyes Magos que fueron a adorar a Jesús guiados por una estrella. San Buenaventura nos dice: "La estrella superior, que es la bienaventurada Virgen, nos conduce a Cristo". Muchos otros textos de escritores eclesiásticos se refieren a María como "Estrella del Mar" y así se manifiesta también en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada. En ambas advocaciones el significado es el mismo.

 

          El sol y la luna se corresponden con dos de los tres símbolos (el otro es la corona de doce estrellas) con que San Juan describe la terrible visión de la nueva Eva. La verdad es que solo sería apocalíptico el Sol –resplandeciente en parangón con la belleza de la Virgen- , pues la luna no se corresponde exactamente con el de la luna creciente –normalmente como peana de sus pies-  que aparece en el altorrelieve sería análoga a las que más tarde aparece en las figuras de la Pulcra, junto a los restantes símbolos que evocan la pureza de María, basados en el Cantar de los Cantares y que en el siglo XVI se convertirían en la Letanía Lauretana, en la que coinciden asimismo los símbolos celestes. Esta media luna simboliza también la sucesión de los días, las estaciones y apocalípticos.

 

          La mayoría de estos elogios son bellas expresiones tomadas del Eclesiástico, Cantar de los Cantares, Sabiduría, y otros libros del Antiguo Testamento, si bien, en los libros citados, no se refieren a la Virgen. Con el paso de los tiempos, la liturgia o la tradición se los han ido aplicando a la Madre de Dios, en estos repertorios de alabanzas y plasmados por los pintores en las representaciones iconográficas de la Inmaculada. Todos los demás son emblemas marianos, representaciones plásticas, a manera de metáforas visuales, advocaciones de la Virgen María, como homenaje a su belleza espiritual y compendio de todas las virtudes.

 

 

 



[1] La pintura inmaculista de Juan de Juanes, y la más famosa (fig. 5), fue realizada para el colegio jesuita de San Pablo en Valencia, después de la aparición de la Virgen al padre Martín Alberro (muerto circa 1576-77). Muestra a la Virgen rodeada de nubes y de pie sobre la luna creciente en una actitud no semejante al cuadro de su padre, sino que, a diferencia de éste, la Virgen mira al espectador. Los atributos son iguales, y su repartición parece seguir argumentos estéticos relativos a la composición del cuadro. La técnica utilizada por Juan de Juanes es la del sfumato, que revela la influencia que recibió cuando estudio en Italia, más probablemente en Venecia