Santa Clara de Úbeda es un monasterio inigualable. En sus aposentos pernoctó la reina Isabel la Católica, cuando iba a la conquista del último grano de Granada en manos del moro Boabdil.
Finales del siglo XV, encauzaba Isabel la
Católica su camino hacia el último reducto ocupado por los musulmanes en la
península ibérica: El impenetrable reino de Granada. Era el año 1489, que
marcaba el comienzo del fin del reino nazarí, cuando en otoño, Isabel de
Castilla se dirigía a la campaña de Baza. Ya había caído Málaga, Loja, Ronda,
Álora, Lucena, Alhama y Zahara. Con la conquista de la ciudad de la hoya,
Granada quedaba prácticamente sitiada. Cuando cae Baza, los árabes entregan con
ella Guadix y Almería sin esperar al cerco cristiano para centrar sus esfuerzos
en la ciudad de la Alhambra. Dada la importancia de esta batalla, la
mismísima reina decidió ir en persona a alentar a las tropas organizadas por su
marido, Fernado con más de 12000 soldados de caballería y 50000 de infantería.
La visita de Isabel, unida al buen tiempo y la obvia superioridad numérica y
logística de los cristianos hizo que, la víspera de Santa Bárbara, el sitio
llegara a su fin.
Viajes
por las tierras de Castilla
Isabel la Católica, que por entonces tenía
su corte en diferentes ciudades en función de la realidad política del país,
decide trasladar su corte a la línea de batalla. Isabel había dado a luz a su
última hija, Catalina, 4 años antes, dejó a sus cinco vástagos en manos de
cuidadores y preceptores de confianza y partió hacia el sur de España. Los
caminos de la España del S.XV dejaban que desear. Llenos de saqueadores y
peligros, las malas condiciones se acentuaban conforme más cerca se estaba del
lugar de la frontera. En su caminar hacia Baza, Isabel decide pernoctar en la
primera ciudad que encuentren esa noche del 5 de noviembre de 1489. ¿Qué
ciudad encuentran? ¡Úbeda!
La
Úbeda que encuentra Isabel la Católica
La Úbeda de 1489 poco o nada tiene que ver
con la Úbeda que vemos hoy día, fruto del esplendor que vivió en los S.XVI
ya durante el reinado del nieto de la monarca, Carlos I de España. Era
una ciudad pequeña, deteriorada, consecuencia de llevar años siendo tierra de
frontera y víctima de incursiones de musulmanes y luchas internas.
En el corazón de esta ciudad, se situaba
el convento de Santa Clara. Se trata del convento más antiguo de Úbeda, fundado
después de la reconquista por las monjas Franciscanas. El primero
documento del que se tiene constancia de la existencia de este convento es de
1290.
No es de extrañar que la piadosa reina
eligiera este lugar para pernoctar. Un lugar donde orar por la fortuna de las
tropas cristianas y un rincón donde descansar su largo viaje.
Isabel
la Católica duerme en el convento de Santa Clara
Lo que hoy vemos no tiene mucho que ver
con lo que vio la reina. La portada principal, en la plaza del mismo
nombre, data de 1779, por lo que es de estilo barroco. Detrás de ella hay otra
portada mudejar, que aunque más cercana a la época de Isabel la Católica, es
posterior a su visita.
Por desgracia, las condiciones del
convento dejan mucho que desear. Con muy pocas religiosas desde comienzos de
este siglo, sobreviven a duras penas con la venta de deliciosos dulces caseros.
La leyenda
de la puerta de Granada que dejó Isabel la Católica
Como todas las visitas magnánimas, con su
paso, se dejó una leyenda que pervive a día de hoy. La puerta de Granada es una
puerta de la muralla árabe que se sitúa en Úbeda. Cuenta la tradición que por
ella pasó Isabel la Católica en su reconquista, camino hacia el último reducto
de la civilización mora, Granada. Cargados como iban de víveres y recursos para
las tropas, abandonaron un cofre cargado de oro y joyas sin darse cuenta. Los
responsables de la ciudad, no permitieron que este dinero acabaron en manos
equivocadas por lo que lo escondieron esperando el regreso de sus dueños.
Dice la leyenda que este cofre fue
escondido cerca de la puerta. ¿Cómo recuperarlo? Sólo aquél que consiga comerse
una granada en el dintel de la puerta sin que se le caiga un grano al suelo
será quien lo descubra.
Monumento de Isabel La Católica en Mengibar.