Los orígenes
La antigua iglesia parroquial de Santo Tomás Canturiense fue
levantada sobre una mezquita a raíz de la conquista de Úbeda por Fernando III
el Santo en 1233. Su hermosa fábrica la formaron tres espaciosas naves con
cuatro capillas laterales, una esbelta torre y entierro de la nobleza de su
colación. Tuvo dos accesos: uno orientado a las murallas de la ciudad, llamada
la «Puerta Baja», y otro a la Placeta del sitio.
Actualmente al lugar se le llama Gradeta de Santo Tomás en
la Calle Gradeta de Santo Tomás.
Existe documentación de esta iglesia desde el año 1298, en
referencia a un pleito sobre diezmos y posteriormente, ya en el siglo XV,
aparece citada con más frecuencia con motivo de la creación de distintas
capillas para los nobles de la ciudad.
Era la segunda en importancia de la ciudad, tras la iglesia
colegial de Santa María.
Después de que Francisco de los Cobos comenzara a construir
la Sacra Capilla de El Salvador, empezó
a perder importancia.
Se trataba de un hermoso templo a las espaldas del Salvador,
que se asomaba a la campiña sobre el saliente de La Loma. Debió de ser un
templo de tres naves y ábside único semicircular, en una tipología que entronca
con modelos románicos tardíos protogóticos, comenzado a construir casi de
inmediato a la definitiva toma cristiana de la ciudad.Tenía anexa un viejo Beaterio y el Hospital de San Pedro y
San Pablo.
Actualmente la principal estructura es un padrón circular,
que se mantiene en pie a través del tiempo y que indica al curioso el
emplazamiento de la antigua iglesia, que era espaciosa y tenía tres naves y
muchas capillas laterales, ofrecidas por las familias más nobles del lugar.
Solar donde antaño se alzó la Iglesia de Santo Tomás. |
Ruinas de San Juan Bautista de Baeza. Foto Ministerio de Fomento. Esperemos que la actual Corporación Municipal Regentada (2015-2019) por Dña. Toni Olivares, actúe en este lugar de una vez por todas y se ponga en valor este lugar, y que tome de ejemplo como se hizo en Baeza con las ruinas de San Juan Bautista, hace unos años, por la Escuela Taller. Delimitar el lugar con muros de piedra y verjas de forja, limpieza y excavación del solar, y adecenta miento general sería suficiente para que todos, visitantes y locales, puedan disfrutar de este lugar y un trozo de la historia de nuestra ciudad. |
Esperemos que la
actual Corporación Municipal Regentada (2015-2019) por Dña. Toni Olivares, actúe en
este lugar de una vez por todas y se ponga en valor este lugar, y que tome de
ejemplo como se hizo en Baeza con las
ruinas de San Juan Bautista, hace unos años, por la Escuela Taller.
Delimitar el lugar con muros de piedra y verjas de forja, limpieza y excavación
del solar, y adecenta miento general sería suficiente para que todos, visitantes
y locales, puedan disfrutar de este lugar y un trozo de la historia de nuestra
ciudad.
La capilla mayor
La capilla mayor del templo fue levantada a costa de la
noble familia de los Segura para su entierro, y a ellos se les entregó el
patronato. Fueron sus edificadores D. Mateo Sánchez de Segura y Dña. Isabel
Rodríguez, quienes por testamento en Úbeda el 30 de Noviembre de 1469 ante
Lorenzo Fernández la fundaron y dotaron.
En 1497 vemos patrono a D. Pedro de Segura, hijo de los
anteriores, quien, junto a su esposa Dña. Ana del Castillo, la enriqueció.
En 1526, Dña. Sancha Segura del Castillo y otros deudos la
dotaron de una capellanía y a mediados del siglo XVI D. Francisco de Segura
Afán de Rivera mandó labrar el retablo mayor al famoso artífice Julio de
Aquiles. Así consta ante Juan de Córdoba, escribano de Úbeda.
Entre las imágenes que se veneraron fue Santo Tomás Cantuariense,
sito en la hornacina central, imagen que, tras la ruina de esta iglesia, pasó a
la iglesia de San Pablo, donde fue destruida en 1936.
Aspecto actual de los Restos del Ábside y Capilla Mayor. Fotos de Antonio Almago y José M. Almansa |
Restos de un Capitel procedente del Ábside de Santo Tomás. Foto Francisco Merino |
Capilla de la Concepción
Situada al lado del Evangelio, fue la más espaciosa y
suntuosa de las capillas laterales. Aunque erróneamente se ha dicho que fue
construida por D. Diego de los Cobos de la Tovilla, regidor de Úbeda, lo cierto
es que se debió su edificación a su hijo, el célebre secretario D. Francisco de
los Cobos y Molina. En 1525, de Madrid vino a Úbeda D. Francisco a visitar a su
padre, pasando el Viernes Santo a Jaén a venerar el Santo Rostro. Visitó al
entonces Obispo, el Cardenal D. Esteban Gabriel Merino, quien le dio licencia
para edificar esta capilla, donando de limosna 4.000 maravedíes por la
concesión del terreno. Cobos fundó una capellanía para aplicar sufragios a sus
ascendientes, siendo su primer capellán D. Germán Vago. Pese a la edificación
del Salvador años más tarde, la capilla de la Concepción conservó su rango,
pues en ella se siguió celebrando el famoso jubileo de San Miguel Arcángel por
los clérigos de Santo Tomás.
En esta capilla fundó otra capellanía en 1463 Dña. Leonor
González de los Cobos, tía carnal del secretario Cobos y mujer de D. Pedro
Hernández de Molina. Esto nos da pie para afirmar que con anterioridad a 1525
existió otra primitiva capilla dedicada en Santo Tomás a La Concepción de
Nuestra Señora. Pero la levantada por el secretario Cobos fue tan de sólida
construcción que sobrevivió hasta 1950, año en que fue demolida junto a las
piedras armeras de los Cobos, Molina, Mendoza y Sarmiento.
Solo se conserva una fotografía de la derruida Capilla de
los Cobos. En la década de los cincuenta fue desmontada, para ser trasladada.
En los inicios de la década de los ochenta del siglo XX en la restauración de
la iglesia de Santo Domingo de Silos, esta portada es montada junto a otras
dos, en el antiguo coro del templo a los pies del mismo.
Aspecto actual de la Antigua Capilla de los Cobos, en su ubicación de la Iglesia de Santo Domingo de Silos, |
Otras capillas
La capilla del Santo Cristo de la Salud custodiaba un
valioso y devoto Crucifijo al que Úbeda ofreció numerosas mandas. Su altar fue
de los llamados privilegiados al que en 1766 donó mil reales el presbítero D.
José Rubio Salas para que fuese enriquecido. De ella sabemos que fue edificada
por Dña. María Ruiz de Robledillo.
Nombradas del Sagrario existieron dos: una conocida por
«Capilla Alta» y otra por la del «Sagrario Bajo». En 1786, siendo prior de
Santo Tomás el Bachiller D. Francisco de la Peña y Quesada, ordenó su entierro
«a el pie del altar del Sagrario Bajo». Éste falleció siendo aún prior en 1802
y fue en efecto allí sepultado.
También los Barrero de Teruel poseyeron otra capilla
sepulcral en donde descansaron los cuerpos del que fuera inquisidor en 1570 y
24 de Úbeda D. Juan Barrero de Teruel y su esposa Dña. Ana Ruiz de Baeza,
descendiente de los Señores de Vizcaya
.
La capilla de San Eloy pertenecía en 1707 a la familia Raya
y en el altar del Santo Cristo de Burgos se mandó sepultar en 1802 el
presbítero D. Juan de Alaminos Cano.
Existió otra capilla dedicada al Cristo de la esperanza que
muy posiblemente fuese patronato del linaje de los Herrera.
Santo Tomás poseyó valiosos ornamentos entre los que
destacaron los donados en 1728 por su prior D. Juan González de Palomino y
León: a su costa se labraron una custodia con 80 onzas de peso, una hermosa
cruz parroquial y otra para el altar mayor y el báculo de Santo Tomás, todo de
plata de ley. Todo desapareció mucho antes que los muros de la Iglesia.
Restos de las Capillas de Santo Tomás. Foto de Caballeros 24. |
Santo Tomás se rinde al tiempo y a la piqueta
Fue saqueada e incendiada durante la invasión francesa, y
durante todo el siglo XIX ya no dejó de deteriorarse. En 1823 su entonces prior
D. Luis de la Mota Hidalgo, natural de Sabiote, ante el ruinoso estado del
tempo, pide su traslado al extinguido convento de Carmelitas Descalzos. La
iglesia comenzó arruinándose a mediados de la década de 1830.
En 1838 seguía aún en pie Santo Tomás y su prior D. Luis
mantenía aún su idea de trasladar su parroquia a la iglesia de los Carmelitas.
Contaba entonces su feligresía con cien vecinos o lo que es igual con unos 400
fieles que siempre estuvieron en buena disposición para mantener en pie el
hermoso templo parroquial en la medida de sus fuerzas.
En 1842 comenzó a hundirse primero su tejado, al que
siguieron las bóvedas y, continuando su total abandono, el 6 de Junio de 1843
el Gobernador Eclesiástico del Obispado de Jaén, sede vacante, ordenó su cierre
y clausura.
Cerrada a cal y canto, Santo Tomás no se rindió del todo. En
1844 la torre parroquial albergaba todavía sus campanas de plata; pero en sus
naves se apreciaban ya bastantes escombros. Año tras año sufrió los arañazos de
la piqueta que le arrebataba sus nobles sillares para aprovecharlos, vejándolos
en bardales y zahúrdas.
En 1836 le habían arrebatado los bienes que escaparon a la
rapiña de anteriores desarmotizaciones, bienes que sólo le rentaban 201 reales
de vellón al año. Santo Tomás y su báculo de plata, lo único que Úbeda
conservaba, perece víctima del fuego en 1936 en el Mercado entre retablos,
escaños, confesionarios, tronos, vestiduras y otros objetos de arte.
Aunque se conservaron bastantes restos hasta 1949. En la
década de 1950 fue demolida, en su totalidad por orden del Alcalde de la ciudad don
Pedro Sola; para la construcción de viviendas sociales.
En 1995, se demolieron estas viviendas, bautizadas como los patios, apareciendo restos arqueológicos del templo, meses después los investigadores Ruiz Fuentes y Almagro García realizan un completo trabajo sobre los restos arqueológicos aparecidos.
En 1995, se demolieron estas viviendas, bautizadas como los patios, apareciendo restos arqueológicos del templo, meses después los investigadores Ruiz Fuentes y Almagro García realizan un completo trabajo sobre los restos arqueológicos aparecidos.
Milagrosamente se han salvado sus restos arqueológicos,
gracias a la corporación municipal tras la desaprobación del proyecto de
construcción de viviendas sociales realizado en 1998.
En 2002, se realizan otra vez obras arqueológicas, que bajo
un metro de escombros de la antigua iglesia, sobre los mismos se alzaba las
casas sociales, se encuentra el suelo y la cimentación. Se descubre además
parte del ábside, embaldosado y gradas de la capilla mayor, un horno de
alfarería, restos de varias portadas de capillas y criptas.
Apareciendo algunos
de sus elementos ornamentales, que actualmente se conservan en el Museo
Arqueológico de la ciudad.
Desde ese año de 2002, no se ha vuelto actuar en tan
histórico solar; …
Hacia 1970 se construiría un nuevo templo en la zona de
expansión de la ciudad y, en su honor, se puso bajo la advocación de este
Apóstol.
1 comentario:
Muy interesantes. Saludos
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