11 jul 2023

Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda; Año 1972 Reconstrucción de las Cubiertas de su Ábside.


Aspecto exterior de la Sacra Capilla, años 1950, antes de la reconstrucción de los tejados de su ábside . Foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan


Ábside de la Sacra Capilla de El Salvador antes de su reconstrucción, foto Redjaén




Ábside de la Sacra Capilla de El Salvador después de su reconstrucción, foto monumental.net




Sacra Capilla de El Salvador; Año 1972 Reconstrucción de las Cubiertas de su Ábside.

Juan Ángel López Barrionuevo

La Sacra Capilla del Salvador del Mundo de Úbeda se ubica en el eje este-oeste de axialidad longitudinal de la emblemática plaza de Juan Vázquez de Molina, uno de los conjuntos renacentistas más asombrosos de nuestro país y el recinto abierto más extenso y despejado de toda la retícula urbana en el corazón arqueológico, histórico y arquitectónico de la ciudad, el barrio del alcázar, donde a lo largo de la historia han estado una fortaleza musulmana, la mezquita mayor, la colegiata de Santa María, los grandes palacios del Renacimiento, el antiguo pósito, iglesias, conventos o la judería., cuya TIPOLOGÍA pertenece a la Arquitectura religiosa, Capilla funeraria.  Posee una superficie de parcela: 1.200 m2. De estilo Renacentista, sus autores son Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira.

Fundada por Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos I, como capilla y panteón privados. En 1536 comienzan las obras, según trazas de Diego de Siloé, en los terrenos cedidos por la Hermandad de los Venerables Ancianos del Divino Salvador de Úbeda. En una segunda fase, iniciada en 1540, el proyecto es retomado por Andrés de Vandelvira, responsable del diseño de la sacristía, portadas laterales y ejecución del templo. La concepción del edificio, de gran complejidad programática, se efectúa desde los más puros planteamientos del Humanismo del siglo XVI, y como una continua referencia simbólica a la muerte, al pensamiento del momento y a la autoafirmación del promotor.

PLANTA Y ORGANIZACIÓN ARQUITECTÓNICA: 

Siloé conjuga en la planta una grandiosa y simbólica rotonda de forma circular, inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén, y un rectángulo que forma una nave longitudinal que recuerda a las basílicas romanas.

La parte basilical está dividida en tres tramos cubiertos por bóvedas vaídas y decoradas con falsos nervios. Cada tramo está delimitado por columnas corintias de orden gigante sobre pedestales que albergan capillas-hornacinas entre sus contrafuertes. En las capillas había esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas mayoritariamente procedentes de Italia donadas por su fundador que, o bien fueron destruidas en la Guerra Civil o trasladadas a otros lugares.

A los pies del templo, la tribuna del coro alberga el órgano neoclásico de Francisco Javier Fernández, y en la misma se disponían dos sillerías que se conservan parcialmente: la del coro alto tallada por Blas de Briño en nogal y la sillería baja, tallada por Antonio Medina.

La portada principal, réplica de la del Perdón de la Catedral de Granada, se estructura a modo de arco de triunfo con una decoración escultórica que funciona en correspondencia con la del retablo (Alonso de Berruguete), ambas presididas por la Transfiguración de Cristo. El programa iconográfico desarrollado en las esculturas de las portadas y sacristía (Esteban Jamete) toma como base intelectual el Humanismo erasmista y el neoplatonismo, utilizando alegorías de la Biblia, el mito clásico y el tiempo histórico del patrono de la obra, para exaltar la gloria del Salvador del Mundo, de la cristiandad y del propio Francisco de los Cobos. Su actual USO es Religioso, cultural y turístico. Es de propiedad privada, y pertenece a la Fundación Ducal Medinaceli.

ESTADO DE CONSERVACIÓN E INTERVENCIONES SIGNIFICATIVAS:

En buen estado de conservación generalizado. De 1956 a 1966, arreglo de cubiertas, consolidación del ábside y de la torre, y restauración del altar mayor. En 1972, arreglo de la cubierta y cúpula del ábside. En 2003, restauración pinturas murales del interior.

Gracias a la información facilitada por el historiador José Manuel Almansa Moreno, acerca del arreglo de la cubierta y cúpula del ábside, sabemos lo siguiente[1];

… En 1969 existe un proyecto firmado por Prieto para reformar la cúpula de la rotonda en la cual, quizás por falta de un zunchado adecuado o por el movimiento y empujes del propio edificio, habían aparecido algunas grietas que se debían atajar lo antes posible; igualmente, los nervios del case tonado de la cúpula presentaban otros desperfectos que obligaban a consolidar y restaurar esta zona.[2]

El proyecto no fue ejecutado en aquel momento, sino que sería replanteado y ejecutado en 1972 por Llopis Solbes.

La estructura afectada era la que sostenía el tejado sobre la cúpula, con un anillo superior en el arranque de la linterna de la que partían los pares de gran longitud que acababan en un durmiente sobre el muro de cornisa de la bóveda. Al encontrarse la madera totalmente podrida por la humedad y la polilla, las cabezas de los pares se habían soltado y toda la estructura, así como la teja gravitaba directamente sobre la cúpula, lo cual provocaba un alarmante proceso de agrietamiento, siendo urgen te la intervención. Con el fin de corregir las deficiencias señaladas se sustituye la estructura de madera por otra metálica, construyendo un anillo de hormigón armado en la base de la cúpula que debía soportar las cargas y empujes de ésta, repartiéndolas de manera uniforme sobre los muros sustentantes. Tras esto se desmontaría la cubierta de teja de la cúpula con el fin de consolidar y reforzar el atirantado. Para evitar las filtraciones del agua se dispone una lámina especial asfáltica impermeabilizante y doble hilera de rasilla cerámica, sobre la cual se volvería a colocar nuevamente las tejas. La dificultad de la intervención se debió al hecho que hubo que apear toda la cúpula (con una altura de hasta 29’20 metros en la clave), desmontando la cubierta por fases equilibradas para no producir tensiones inadecuadas en la misma. Aprovechando la instalación del andamiaje, se restaurarían las cornisas que forman la base de la cúpula; del mismo modo se restaurarían los nervios del casetonado de la bóveda de la capilla, dejándola preparada para una futura restauración de las pinturas.[3] Por su parte, en las cubiertas de la nave y de las capillas laterales tan sólo se hace una revisión global, llevando a cabo una limpieza general y reponiendo las piezas que faltaban o que se encontraban rotas…

Fuentes:

'Reconstrucción y restauración monumental de la provincia de Jaén durante el Franquismo'. José Manuel Almansa Moreno. I.E.G. 2021

https://viajarconelarte.blogspot.com/2021/10/la-sacra-capilla-del-salvador-del-mundo.html

https://www.vandelviraturismo.com/sacra-capilla-del-salvador-ubeda-s-xvi/

 



[1] 'Reconstrucción y restauración monumental de la provincia de Jaén durante el Franquismo'https://ubeda.ideal.es/ubeda/jose-manuel-almansa-20211113102830-nt.html

 

[2]  PRIETO-MORENO PARDO, Francisco. Proyecto de obras de consolidación y restauración de la Capilla del Salvador de Úbeda (Jaén). Agosto 1969. AGA, Fondo Ministerio de Cultura, Expedientes de Restauración de Monumentos (03)115, caja 26/00170.

 

[3] Las pinturas no fueron restauradas hasta 2003, intervención llevada a cabo por la Empresa “Tekné Conservación y Restauración S.L.” bajo la supervisión de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Véase: FERRETE PONCE, Santiago. Restauración de las pinturas murales de la cúpula, capilla del sagrario y portada de entrada a la sacristía. Iglesia del Salvador, Úbeda. Enero-noviembre 2003. IPCE, BM 378.). 

6 jul 2023

UN PALACIO CON ENCANTO E HISTORIA EN LA CALLE REAL DE ÚBEDA. "El Palacio De Los Condes De Alicún".

Detalle de la Torre del Conde de Guadiana. Foto de Ángel Almagro


















Juan Ángel López Barrionuevo


 

De la arquitectura civil público-privada en Úbeda encontramos ejemplos desde el siglo XIV al siglo XX. En ella se agrupan la administración constructiva entre la pequeña nobleza y capitalistas, seguida de cerca por los poderes públicos. Del primer tercio de este siglo, con elementos del XV ya trasnochados, son las fachadas del palacio de Torrente de la calle Montiel, construido en la segunda mitad del siglo XVI es una pieza clave del plateresco en la ciudad. El palacio de Los Dávalos “Casa de las Torres”, ejemplo señero de casa palacio con torres de origen guerrero medieval cuya herencia pervivirá hasta bien entrado el siglo XVII en otros palacios. Del principio del siglo XVI es también la fachada de la casa del Regidor ubicada hoy en la plaza de Vázquez de Molina.

 

En el palacio ubetense, un rasgo distintivo es el patio columnizado central caracterizado por columnas de módulo estrecho y esbelto, así como la portada adintelada flanqueada por columnas o pilares y el balconcillo en esquina con columnita marmórea medial. La ciudad ofrece uno de los conjuntos palaciegos renacentista más interesantes de España. Los palacios ubetenses son así el reflejo de la competencia nobiliaria que se va a potenciar durante los siglos XVI y XVII en una arquitectura civil más privada que pública de carácter autoafirmarte. En este sentido será principalmente la familia Cobos la que realice un conjunto urbano singular; destacando el proyecto de Francisco de los Cobos de programar en un mismo espacio su palacio, su capilla funeraria, un hospital y una universidad, obra esta última que no pudo acometer.

 



Fotografía realizada a comienzos de los años veinte, de la calle Real, donde vemos majestuosa la torre del Conde de Guadiana. En la parte izquierda se ve el antiguo edificio donde hoy se encuentra la Farmacia. Gentileza de Gabriel Delgado Juan

 

Pertenece EL PALACIO DE LOS CONDES DE ALICÚN.  Al tipo característico de la arquitectura civil. Con una superficie de unos 1.500 m 2, de parcela. De autor anónimo. Su estilo es Renacentista.

 

 Fundado por Antonio de Ortega Porcel Valencia y Molina, Emprendió su construcción en la última década del siglo XVI, en cuanto a la Torre fue construida a principios del siglo XVII por encargo de Andrés Ortega, señor de Alicún de Ortega, el nombre actual de este palacio se debe a su posterior propietario Lope de la Cueva y Guzmán, primer Conde de Guadiana desde 1711.

 

Organizado conforme a los parámetros de palacio renacentista, en torno a un patio porticado central, su singularidad estriba en el tratamiento de su torre. Construida entre 1611 y 1615, se concibe, por su carácter de símbolo nobiliario de exaltación de un linaje, como un apéndice del edificio para mostrarse a la calle Real, principal acceso al recinto intramuros de la ciudad. De planta cuadrada, se organiza en cuatro cuerpos en los que destacan grandes balcones, con el central en esquina. El cuerpo superior presenta el tipo de galería abierta vandelviriana, difundida tras su utilización por vez primera en el palacio de Vela de los Cobos. La decoración se plantea como un ostentoso programa propagandístico en el que destaca la heráldica familiar, y en el que se combinan elementos manieristas foráneos en conjunción con elementos tradicionales en la arquitectura local del siglo XVI. Sin duda, la gran singularidad del edificio radica en su torre, la cual se constituye como un epígono urbano del palacio-fortaleza tardomedieval y se convierte en símbolo nobiliario de exaltación de un linaje al ubicarse estratégicamente dispuesta como principal referente visual de la calle Real, como ya he citado.

 

Su uso histórico fue el residencial, siendo su último propietario que fue José Pasquau López. En 1906 el edificio fue cedido a las Carmelitas Descalzas, quienes emplearían la cercana Iglesia de San Pedro (hoy abandonada a su suerte) como capilla conventual. Acerca de la restauración de este palacio, a mediados del siglo XX, sabemos por José Manuel Almansa Moreno, lo siguiente[1]: …Ya vimos cómo las religiosas efectuaron una serie de obras entre 1962-1968 financiadas por la Junta Nacional de Re construcción de Templos Parroquiales y la Dirección General de Arquitectura, y que afectaban especialmente a la iglesia de San Pedro. Con motivo de estas obras se actúa igualmente en el Palacio de Mancera, concretamente en su torre, firmándose el proyecto en 1966 de forma conjunta entre Prieto y Llopis. El tejado de la torre se disponía a cuatro aguas con un fuerte pendiente, estando recubierto por tejas vidriadas en blanco y negro. En gran medida, la cubierta estaba descompuesta por la entrada de agua a través de los huecos de la última planta (que carecían de cierres), lo cual afectaba a la armadura de madera interior. Por ello se plantea hacer un repaso general de las cubiertas, limpiando, ordenando[2] y reponiendo tejas (calculándose en torno al 25%). Tras esto se colocan carpinterías nuevas de madera de pino y ventanas de cristal para cerrar las ventanas del piso superior. Se finalizaría la actuación con la restauración del pavimento de la última planta (seriamente dañado por el agua de lluvia) y limpiando la armadura de madera con aceite de linaza

 

En 1988, Las Hermanas Carmelitas, abandonan el Palacio, y en el año 2008, 20 años después, comienzan nuevas de reconstrucción (no exentas de polémicas, La intervención en la cubierta de la torre del Palacio de los Condes de Guadiana de Úbeda no convence. El edificio está siendo restaurado para la puesta en marcha de un hotel de cinco estrellas, y la monumental torre, considerada una de las más bellas de España, albergará una lujosa suite de dos plantas. Pero su aspecto exterior tras la colocación de las tejas no tiene nada que ver con el original. Al menos así lo entienden desde el grupo de ubetenses que se hacen llamar Caballeros Veinticuatro)[3] en este inmueble, para ser adaptado, como Hotel, siendo este lujoso Hotel de 5 estrellas, en septiembre de 2015.[4]

 

El Hotel situado en este Palacio, cuenta con 37 habitaciones, incluyendo dos impresionantes master suite, las cuales se encuentran en su espectacular torre y ocho suites de lujo. Todas ellas magníficamente decoradas, amplias y diáfanas, están diseñadas pensando en su comodidad, con un ambiente moderno, histórico y acogedor.

Cada habitación es única e irrepetible, están distribuidas en tres imponentes edificios que forman el conjunto palaciego.



[1] Reconstrucción y restauración monumental en la provincia de Jaén durante el Franquismo 297

[2] Francisco; LLOPIS SOLBES, José Antonio. Memoria de obras de restauración en la Torre de las Guadianas de Úbeda (Jaén). Abril 1966. AGA, Fondo Ministerio de Cultura, Expedientes de Restauración de Monumentos (03)115, caja 26/00211.

[3] Las tejas de la Torre de los Condes de Guadiana pierde su aspecto original,   https://www.ideal.es/jaen/20091119/ubeda-baeza/torre-palacio-condes-guadiana-20091119.html

[4] https://www.diariojaen.es/historico/cinco-estrellas-titilan-ya-en-la-ciudad-JRDJ81865


 

1 jul 2023

La Capilla De Santa Lucía En La Iglesia de San Millán de Úbeda.

 

Juan Ángel López Barrionuevo



Cada 13 de diciembre se celebra el día de Santa Lucía, una mártir cristiana nacida en el año 283 en Siracusa (actualmente una ciudad italiana que pertenecía a la provincia romana de Sicilia) y que falleció muy joven, con apenas 21 años, en el año 304. El martirio que padeció durante la persecución de Diocleciano tiene que ver con su consagración como patrona de los ciegos (es común el dicho 'Que Santa Lucía te conserve la vista') y en la actualidad es venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.

Lucía era de padres nobles y ricos, hija de Eutiquia y de un padre cuyo nombre se desconoce pero que probablemente sería Lucio, dada la costumbre romana de poner a las hijas el nombre del padre. Educada en la fe cristiana, Lucía consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad.

Según cuentan su madre estaba muy enferma y quiso, antes de morir, que su hija se casara con un joven pagano. Lucía la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad y Eutiquia sanó. Lucía le pidió que la liberara del compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres y su madre accedió. Pero su pretendiente, despechado, la acusó ante el procónsul Pascasio porque sabía que era cristiana, en tiempos del emperador Diocleciano, lo que desencadenó su persecución.

El martirio de Lucía

El martirio de Lucía no está atestiguado por fuentes contemporáneas o inmediatamente posteriores a la persecución de Diocleciano, sino por relatos hagiográficos, que cuentan que cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que hiciera sacrificios a los dioses. Entonces Lucía dijo: «Sacrificio puro delante de Dios es visitar a las viudas, los huérfanos y los peregrinos que pagan en la angustia y en la necesidad, y ya es el tercer año que me ofrecen sacrificios a Dios en Jesucristo entregando todos mis bienes.» Irritado Pascasio, ordenó a sus soldados a que la llevaran a un prostíbulo para que la violaran y luego se dirigió a Lucía diciéndole: «Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo».

Los soldados la tomaron para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían moverla: la muchacha permanecía rígida como una roca. Al enterarse de lo sucedido, Pascasio ordenó someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla desistir. Condenada a ser martirizada, antes de morir profetizó su canonización y su patronazgo como protectora de Siracusa, junto con la caída de Diocleciano y Maximiano.​

En España el 13 de diciembre se celebra el día de modistas y sastres, que se celebra en su ermita en Valencia

El relato griego —que data del siglo V— y el relato latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental, aunque difieren en algunos detalles finales: según el martiryon griego Lucía fue ciega, en tanto que según la passio latina, fue martirizada y le sacaron los ojos.

Por este motivo, Santa Lucía es la patrona de la vista. Pero no es el único argumento que se ha utilizado. La relación entre Lucía y los ojos, que hace de esta santa la protectora de la vista, deriva quizá de la cercanía etimológica del nombre griego «Lucía» con el término latino lux (luz).​ Existe la leyenda de que fue la belleza de los ojos de Lucía la que no permitía descansar a uno de sus pretendientes, por lo que ella se los arrancó y se los envió. Lleno de remordimiento e impresionado por el valor de Lucía, el pretendiente se convirtió al cristianismo.​Una leyenda medieval decía que, cuando Lucía estaba en el tribunal, aun sin ojos, seguía viendo, según recoge la wikipedia.

Es patrona de los pobres, los ciegos, de los niños enfermos y de las ciudades, pero también de los campesinos, electricistas, modistas, chóferes, fotógrafos, afiladores, cortadores, cristaleros, sastres, fontaneros y escritores. De hecho, en España el 13 de diciembre se celebra el día de modistas y sastres, que se celebra en su ermita en Valencia.

Es patrona de un conjunto de localidades:

Siracusa en Italia.

Venecia en Italia.

Zacatecoluca en El Salvador.

El Divisadero en el departamento de Morazán, en El Salvador.

Santalla de Rei en España.

Moche en Perú. Fundado en 1534 como Santa Lucía de Moche.6​

Mossoró en Brasil.

Santa Lucía del Tuy en Venezuela.

Santa Lucía, en el departamento de Canelones, Uruguay. Es además sede del municipio homónimo.

Santa Lucía Utatlán, Sololá; Santa Lucía Cotzumalguapa (Escuintla); y Santa Lucía Milpas Altas (Sacatepéquez), en Guatemala.

Santa Lucía en el departamento homónimo, provincia de San Juan, en Argentina. Allí se celebra la Fiesta Nacional de Santa Lucía.7​

Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria) Islas Canarias en España.

Hacinas, en la provincia de Burgos, España.

As Teixugueiras, Concello de Cartelle, provincia de Ourense, Galicia

 

 

Las Capillas De Santa Lucía En San Millán.


Por último, nos cuenta Ginés Torres Navarrete[1] “…Sobre el arco o junto a él, en la Puerta de Ibiut, razón por la que también se le conoció por Puerta de Santa Lucía, intramuros, se labró Dios sabe cuándo una hornacina dedicada a la abogada de la vista. Esta desapareció en 1865 al ser derribada lo que de dicha puerta quedaba…”

Es de opinar, que la imagen pasara a la ya existente Capilla de Santa Lucia de San Millán. Dónde la imagen fue destruida en 1936; con el resto del patrimonio mobiliario que poseía la iglesia.
El templo a lo largo del tiempo ha poseído dos capillas dedicadas a Santa Lucía. La primera se situaba colateral al acceso de la Sacristía. Y sabemos por Ginés Torres: “…éste de Santa Lucía es la misma que la de San Cristóbal, entierro igualmente de los Moya. En el mismo altar debieron de venerarse ambas imágenes…”. Ruiz Prieto, nos dice acerca de esta Capilla “había restos de una nave donde estaba la Capilla de santa lucía y el altar de Ntra. Sra. de las Mercedes. Se tapizaron no hace muchos años los arcos…, y la imagen de Santa Lucía se mudó a la primera Capilla del lado de la Epístola… Colateral a la segunda puerta de entrada á la iglesia… fue antiguo baptisterio…”[2]


Con este escrito, podemos teorizar que la actual capilla de Santa Lucía[7], fue su nave tapiada a finales del siglo XIX, para así colocar el altar y la imagen de la santa. Así mismo durante Agosto de 2005; la cofradía restauró la aludida capilla, abriendo la nave de la antigua capilla bautismal, restaurando la bóveda, el arco; etc.… etc.…

 

[1] Ruiz Prieto, Historia de Úbeda; pág. 83 Historia Eclesiástica.


[2] Antigua capilla del baptisterio, cuya pila bautismal de mármol del siglo XVI, con heráldica del prelado que la costeó, el obispo Francisco de Mendoza.

 

Fuente: Wikipedia