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Detalle de la Torre del Conde de Guadiana. Foto de Ángel Almagro |
De la
arquitectura civil público-privada en Úbeda encontramos ejemplos desde el siglo
XIV al siglo XX. En ella se agrupan la administración constructiva entre la
pequeña nobleza y capitalistas, seguida de cerca por los poderes públicos. Del
primer tercio de este siglo, con elementos del XV ya trasnochados, son las
fachadas del palacio de Torrente de la calle Montiel, construido en la segunda
mitad del siglo XVI es una pieza clave del plateresco en la ciudad. El palacio
de Los Dávalos “Casa de las Torres”, ejemplo señero de casa palacio con torres
de origen guerrero medieval cuya herencia pervivirá hasta bien entrado el siglo
XVII en otros palacios. Del principio del siglo XVI es también la fachada de la
casa del Regidor ubicada hoy en la plaza de Vázquez de Molina. En el palacio
ubetense, un rasgo distintivo es el patio columnizado central caracterizado por
columnas de módulo estrecho y esbelto, así como la portada adintelada
flanqueada por columnas o pilares y el balconcillo en esquina con columnita
marmórea medial. La ciudad ofrece uno de los conjuntos palaciegos renacentista
más interesantes de España. Los palacios ubetenses son así el reflejo de la
competencia nobiliaria que se va a potenciar durante los siglos XVI y XVII en
una arquitectura civil más privada que pública de carácter autoafirmarte. En
este sentido será principalmente la familia Cobos la que realice un conjunto
urbano singular; destacando el proyecto de Francisco de los Cobos de programar
en un mismo espacio su palacio, su capilla funeraria, un hospital y una
universidad, obra esta última que no pudo acometer. Fotografía
realizada a comienzos de los años veinte, de la calle Real, donde vemos
majestuosa la torre del Conde de Guadiana. En la parte izquierda se ve el
antiguo edificio donde hoy se encuentra la Farmacia. Gentileza de
Gabriel Delgado Juan Pertenece EL
PALACIO DE LOS CONDES DE ALICÚN. Al tipo
característico de la arquitectura civil. Con una superficie de unos 1.500 m 2,
de parcela. De autor anónimo. Su estilo es Renacentista. Fundado por Antonio de Ortega Porcel Valencia
y Molina, Emprendió su construcción en la última década del siglo XVI, en
cuanto a la Torre fue construida a principios del siglo XVII por encargo de
Andrés Ortega, señor de Alicún de Ortega, el nombre actual de este palacio se
debe a su posterior propietario Lope de la Cueva y Guzmán, primer Conde de
Guadiana desde 1711. Organizado
conforme a los parámetros de palacio renacentista, en torno a un patio
porticado central, su singularidad estriba en el tratamiento de su torre.
Construida entre 1611 y 1615, se concibe, por su carácter de símbolo nobiliario
de exaltación de un linaje, como un apéndice del edificio para mostrarse a la
calle Real, principal acceso al recinto intramuros de la ciudad. De planta
cuadrada, se organiza en cuatro cuerpos en los que destacan grandes balcones,
con el central en esquina. El cuerpo superior presenta el tipo de galería
abierta vandelviriana, difundida tras su utilización por vez primera en el
palacio de Vela de los Cobos. La decoración se plantea como un ostentoso
programa propagandístico en el que destaca la heráldica familiar, y en el que
se combinan elementos manieristas foráneos en conjunción con elementos
tradicionales en la arquitectura local del siglo XVI. Sin duda, la gran
singularidad del edificio radica en su torre, la cual se constituye como un
epígono urbano del palacio-fortaleza tardomedieval y se convierte en símbolo
nobiliario de exaltación de un linaje al ubicarse estratégicamente dispuesta
como principal referente visual de la calle Real, como ya he citado. Su uso
histórico fue el residencial, siendo su último propietario que fue José Pasquau
López. En 1906 el edificio fue cedido a las Carmelitas Descalzas, quienes
emplearían la cercana Iglesia de San Pedro (hoy abandonada a su suerte) como capilla
conventual. Acerca de la restauración de este palacio, a mediados del siglo XX,
sabemos por José Manuel Almansa Moreno, lo siguiente[1]: …Ya
vimos cómo las religiosas efectuaron una serie de obras entre 1962-1968 financiadas
por la Junta Nacional de Re construcción de Templos Parroquiales y la Dirección
General de Arquitectura, y que afectaban especialmente a la iglesia de San
Pedro. Con motivo de estas obras se actúa igualmente en el Palacio de Mancera,
concretamente en su torre, firmándose el proyecto en 1966 de forma conjunta
entre Prieto y Llopis. El tejado de la torre se disponía a cuatro aguas con un
fuerte pendiente, estando recubierto por tejas vidriadas en blanco y negro. En
gran medida, la cubierta estaba descompuesta por la entrada de agua a través de
los huecos de la última planta (que carecían de cierres), lo cual afectaba a la
armadura de madera interior. Por ello se plantea hacer un repaso general de las
cubiertas, limpiando, ordenando[2] y reponiendo tejas
(calculándose en torno al 25%). Tras esto se colocan carpinterías nuevas de
madera de pino y ventanas de cristal para cerrar las ventanas del piso
superior. Se finalizaría la actuación con la restauración del pavimento de la
última planta (seriamente dañado por el agua de lluvia) y limpiando la armadura
de madera con aceite de linaza
En 1988, Las
Hermanas Carmelitas, abandonan el Palacio, y en el año 2008, 20 años después,
comienzan nuevas de reconstrucción (no exentas de polémicas, La intervención en la cubierta de la torre
del Palacio de los Condes de Guadiana de Úbeda no convence. El edificio está
siendo restaurado para la puesta en marcha de un hotel de cinco estrellas, y la
monumental torre, considerada una de las más bellas de España, albergará una
lujosa suite de dos plantas. Pero su aspecto exterior tras la colocación de las
tejas no tiene nada que ver con el original. Al menos así lo entienden desde el
grupo de ubetenses que se hacen llamar Caballeros Veinticuatro)[3] en
este inmueble, para ser adaptado, como Hotel, siendo este lujoso Hotel de 5
estrellas, en septiembre de 2015.[4] El Hotel situado en este Palacio, cuenta con 37
habitaciones, incluyendo dos impresionantes master suite, las cuales se
encuentran en su espectacular torre y ocho suites de lujo. Todas ellas
magníficamente decoradas, amplias y diáfanas, están diseñadas pensando en su
comodidad, con un ambiente moderno, histórico y acogedor. Cada habitación es única e
irrepetible, están distribuidas en tres imponentes edificios que forman el
conjunto palaciego. [1] Reconstrucción y
restauración monumental en la provincia de Jaén durante el Franquismo 297 [2] Francisco; LLOPIS SOLBES,
José Antonio. Memoria de obras de restauración en la Torre de las Guadianas de
Úbeda (Jaén). Abril 1966. AGA, Fondo Ministerio de Cultura, Expedientes de
Restauración de Monumentos (03)115, caja 26/00211. [3] Las tejas de la Torre de
los Condes de Guadiana pierde su aspecto original, https://www.ideal.es/jaen/20091119/ubeda-baeza/torre-palacio-condes-guadiana-20091119.html [4] https://www.diariojaen.es/historico/cinco-estrellas-titilan-ya-en-la-ciudad-JRDJ81865 |
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