SIMBOLOGÍA EN LA PORTADA DE LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES.
Tanto Antonio Almagro, como Joaquín Montes[1], nos sugieren cuál es el sentido simbólico de esta portada, construida en el siglo XVII: “…se trata en realidad de la culminación del programa iconográfico marianista y concepcionista que preside toda la fachada: imagen de la Inmaculada, relieve del Nacimiento de Cristo y de la Adoración de los Pastores, jarros de azucenas y profetas con profecías marianas: mujer aplastando la cabeza a la serpiente –Moisés- y doncella concibiendo y dando a luz un hijo –Isaías-…”
La figura del medallón con representación de Dios Padre, cierra el conjunto de la portada y lo corona simbólicamente.
JACULATORÍA A LA VIRGEN MARÍA
Barranco Delgado[2], nos apunta: “…De la siguiente frase dedicada a la Virgen María no podemos aportar ninguna fotografía, por motivo de hallarse las palabras que la integran repartidas entre los cuatro pedestales del segundo cuerpo de la fachada principal de la Iglesia; pero si diremos que su escritura es muy curiosa, debido a que las letras que la componen están entrelazadas unas con otras de un modo complicado. Antonio Almagro la describe así: “…INSIGNE HUYUS ECLESIAE CAPITULUM VOTO SE OBSTRIMXIT INMACULATAE PROPUGNADA. ANNO MDCXLV. MARÍA SATINSIMA SEÑORA NUESTRA, CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL…”
“…el Cabildo la mandó imprimir en sus sesión de 25 de noviembre de 1645 por el juramento hecho en defensa de la Inmaculada Concepción de María…”
SIMBOLOGÍA EN LA PUERTA DE LA CONSOLADA.
El mensaje simbólico de esta portada del siglo XVII, lo apunta otra vez Antonio Almagro[3], de esta manera: “…Pudiera interpretarse, a pesar de la advocación mariana de “La Consolada” (que como ya se explicó viene de lejos), más como un espacio iconográfico dedicado a la figura de Cristo y a la Iglesia que a la propia figura de la virgen, que solo aparece como madre del propio Cristo…”
“…Cristo se manifiesta en la hornacina central, en brazos de su Madre, y en la coronación, como Niño de Pasión, repitiéndose el tema ya presente en el enfrentado palacio del Marqués de Mancera, que fue morada de don Lope de Molina Valenzuela. Incluso las imágenes de San Juan Bautista y san Sebastián, que pudiera estar presentes por una simple cuestión de piedad popular, pudieran también estarlo por su condición de precursor del Mesías, del Agnus Dei, en el caso del Bautista, o de silla colocada sobre el caballo de la Iglesia para que cabalgue el caballero Jesucristo, en el caso de san Sebastián...”
Tanto Antonio Almagro, como Joaquín Montes[1], nos sugieren cuál es el sentido simbólico de esta portada, construida en el siglo XVII: “…se trata en realidad de la culminación del programa iconográfico marianista y concepcionista que preside toda la fachada: imagen de la Inmaculada, relieve del Nacimiento de Cristo y de la Adoración de los Pastores, jarros de azucenas y profetas con profecías marianas: mujer aplastando la cabeza a la serpiente –Moisés- y doncella concibiendo y dando a luz un hijo –Isaías-…”
La figura del medallón con representación de Dios Padre, cierra el conjunto de la portada y lo corona simbólicamente.
JACULATORÍA A LA VIRGEN MARÍA
Barranco Delgado[2], nos apunta: “…De la siguiente frase dedicada a la Virgen María no podemos aportar ninguna fotografía, por motivo de hallarse las palabras que la integran repartidas entre los cuatro pedestales del segundo cuerpo de la fachada principal de la Iglesia; pero si diremos que su escritura es muy curiosa, debido a que las letras que la componen están entrelazadas unas con otras de un modo complicado. Antonio Almagro la describe así: “…INSIGNE HUYUS ECLESIAE CAPITULUM VOTO SE OBSTRIMXIT INMACULATAE PROPUGNADA. ANNO MDCXLV. MARÍA SATINSIMA SEÑORA NUESTRA, CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL…”
“…el Cabildo la mandó imprimir en sus sesión de 25 de noviembre de 1645 por el juramento hecho en defensa de la Inmaculada Concepción de María…”
SIMBOLOGÍA EN LA PUERTA DE LA CONSOLADA.
El mensaje simbólico de esta portada del siglo XVII, lo apunta otra vez Antonio Almagro[3], de esta manera: “…Pudiera interpretarse, a pesar de la advocación mariana de “La Consolada” (que como ya se explicó viene de lejos), más como un espacio iconográfico dedicado a la figura de Cristo y a la Iglesia que a la propia figura de la virgen, que solo aparece como madre del propio Cristo…”
“…Cristo se manifiesta en la hornacina central, en brazos de su Madre, y en la coronación, como Niño de Pasión, repitiéndose el tema ya presente en el enfrentado palacio del Marqués de Mancera, que fue morada de don Lope de Molina Valenzuela. Incluso las imágenes de San Juan Bautista y san Sebastián, que pudiera estar presentes por una simple cuestión de piedad popular, pudieran también estarlo por su condición de precursor del Mesías, del Agnus Dei, en el caso del Bautista, o de silla colocada sobre el caballo de la Iglesia para que cabalgue el caballero Jesucristo, en el caso de san Sebastián...”
“…La Iglesia por su parte, se manifestaría en los escudos episcopales y en la representación de la Fe y la Caridad, virtudes eclesiales (no podemos olvidar que la portada se realizara en plena efervescencia de la exaltación católica posterior al concilio de Trento) y de dos hombres de iglesia, como el propio obispo promotor y el canónigo Molina Valenzuela….”
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