22 mar 2009

ELEMENTOS BARROCOS QUE OCULTARON LA PUREZA GÓTICO MUDÉJAR DE SANTA MARÍA DE LOS REALES ALCÁZARES


El estilo barroco se desarrolla desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII. Este estilo se inicia en Italia, pero se extiende por toda Europa, desde el Atlántico hasta las ciudades rusas, y por toda América latina, desde California hasta Buenos Aires.En las iglesias todo está dominado por la sensación de movimientos, todo el conjunto recuerda un escenario donde desarrolla la liturgia religiosa.


El interior de las iglesias como la de Santa María; se dispone para que la mirada del espectador vaya hacia el altar mayor, el resto es complementario y se halla al servicio de ese punto central.


El investigador Ginés Torres Navarrete, nos apunta en un documento público ante el escribano de Úbeda Juan de Alaminos Calatrava, fecha 20 de julio de 1723, dicen los canónigos de la Colegial respecto a la inminente ruina de los tejados, por el mal estado de las maderas a causa de los continuados temporales; lo siguiente:

“…Don Pedro Gómez Castaño, prebistero, Canónigo de la Iglesia Mayor Collegial de esta ciudad y mayordomo de los bienes y rentas de su fábrica, como más haya lugar en derecho digo: Que ya V.M. tiene noticia de la peligrosa ruina que amenaza la cubierta de madera y texados de las tres naves de dicho texados y bovedas en lugar de el enmaderado antiguo, y para su remedio, habiéndose regulado por los maestros alarifes el coste de mucha consideración que declararon, se hizo representación por el Cabildo al Ilmo. Sr. Obispo de que dicha fábrica se hallaba sin medios algunos para hacerlo…”


El obispo autoriza al Cabildo Colegial a tomar dinero a censo sobre las rentas de la fábrica, por decreto de 17 de julio de 1723, hasta seiscientos ducados de principal…;


Pierde entonces Santa María su viejo y artístico artesonado a cambio de las bóvedas; dentro de las coordenadas anti estéticas del momento, sus naves, muros y pilares se vieron enfundadas de pastiches barrocos, con lo cuál su interior perdió diafanidad y volumen. Aspecto que ostentó Santa María hasta 1986.


El elemento más importante perdido de la fábrica, tras la actual restauración, han sido las consabidas bóvedas encamonadas de medio cañón de las tres naves mayores. Formadas de medio cañón, lunetos, arcos fajones y similar altura, y de muy dudoso gusto. Para tal construcción, los muros externos hubieron de ser recrecidos dos metros para permitir la colocación de las ventanas en las naves laterales. Y así el espacio pasó a ser uno más luminoso.
Las bóvedas descansaban sobre una cornisa de escayola, resaltada con ménsulas de cuerpo bulboso y decoración de grutescos en los arcos fajones. Estos seguían la línea de los pilares en todos los tramos salvo en el falso crucero, que descansaban en la clave de los arcos rebajados, construidos en el siglo XVI. Los lunetos también se decoraban de decoración vegetal. Lo único salvado, fue los cinco escudos de armas de los benefactores de la Colegial (cuyos nombres eran Don Pascual; Don Gutierre Téllez; Don García Pérez; Don Nicolás de Biedma y Don Diego de los Cobos) que se situaban en la nave central. Hasta hace poco tiempo, antes de la tercera fase de restauración del templo, estos blasones pintados al óleo, que se guardaban en la capilla del Santo Entierro.


Otros elementos barrocos de que se enriqueció el templo a lo largo del siglo pasado ha sido la construcción del altar Baldaquino, realizado por el malagueño Francisco Palma Burgos en 1956, para la capilla de Jesús. Formado con estructura soportando un recargado entablamento de líneas curvas y abarrotada ornamentación barroca. (Elemento que será restaurado en la quinta y última fase de restauración del templo) También fue el encargado de realizar la decoración barroca de la capilla del Santo Entierro a base de tablas talladas con decoración de grutescos verdes y dorados. Que aún se conservan.


Otros componentes barrocos que aún conserva la fábrica Colegial son, el más importante, la cúpula churrigueresca del altar mayor del siglo XVIII.La citada cúpula barroca con linterna decorada de grutescos, se sostiene sobre el arco de acceso, los arcos de los muros laterales en cuyos frontones se abren ventanas y cuyas claves presenta decoración abarrocada y bulbosa y el arco del testero en cuyo frontón campean los anagramas de Cristo y María y decoración bulbosa en forma de corazón y los escudos de los Benavides-Cuevas a la izquierda y al derecha la heráldica de Manrique-Mendoza-quiñones, ambos fueron benefactores de la capilla mayor. Los cuatro arcos forman las pechinas sobre las cuales se sostiene la cúpula. Las pechinas se decoran de rocalla y con los medallones de los cuatro evangelistas.
Otros elementos barrocos son; la cúpula de la capilla de San José y la portada de la sacristía y el interior de la misma.De la capilla de San José, se perdió en la tercera fase de restauración, la recargada decoración, dorada y pintada de finales del siglo XIX, ofrecía varios temas: clásicos como grutescos y rosetones, geométricos, se limitaban a resaltar las formas arquitectónicas y pintadas que simula los paramentos de los murosEn la restauración llevada a cabo en esta capilla de San José (capilla Canónigo Molina), lo único que ha permanecido casi intacto ha sido la cúpula sobre pechinas (con las figuras de los Evangelistas) articulada con arcos radiales que descansa sobre ménsulas resaltadas a partir de un friso de triglifos y metopas. También guarda esta capilla tres retablos. El de mayor mérito el central, de dos cuerpos y una calle, presenta columnas corintias con fuste decorado de angelotes y hojarasca, de inspiración barroca.
La antigua sacristía, situada en la nave de la Epístola, es la antigua capilla de Nuestra Señora de la Merced. La fundación data del siglo XIV y es el antiguo enterramiento del Roque. La fábrica es posterior y es una de las mejores portadas del templo y presenta dos partes claramente diferenciados: una primera gótica y otra segunda del siglo XVIII. La parte del siglo XVIII, presenta arco de medio punto bajo friso, situado a la altura de la línea de impostas del arco gótico, y un gran tímpano con el relieve policromado de la colegial y dos laureles de azucenas. Las obras de la sacristía es un gran recinto triangular de muros lisos con cornisa alta sobre la que descansa una bóveda encamonada rebajada. Todo aparecía enlucido y con una exclusiva decoración abultada de formas simétricas. La sala capitular es de gran simplicidad.

Una vez terminada la quinta y última fase de restauración; y después de la apertura de Santa María; la antigua Sacristía y Sala Capitular serán utilizadas como dependencias culturales. Pasando así a ser utilizada una de las dependencias del claustro como Sacristía.

Tras la finalización de las obras de Santa María, se recobrara escenográficamente la pureza y modestia de un templo gótico-mudéjar sevillano. Claros ejemplos de este estilo arquitectónico, lo tenemos en la sevillana iglesia de Santa Marina(http://aprendersociales.blogspot.com/2008/02/la-iglesia-de-santa-marina-de-sevilla.html). O en la baezana iglesia de San Salvador (http://www.arquivoltas.com/10-Andalucia/01-Baeza-Salvador.htm). Dicha iglesia, sufrió en los años sesenta del siglo XX, un restauración, similar a la de Santa María de Úbeda, la de eliminar sus elementos barrocos, y así devolver al templo, en la medida de lo posible, a su primitiva estructura.

En mi modesta opinión, acerca de Santa María, que se recupere el arte mudéjar, lo apruebo estéticamente. Lo que suspendo, es que no se pinten, otra vez de blanco, los muros del templo, para resaltar, las portadas de las capillas del templo.También suspendo, que se haya perdido la decoración barroca de las Capillas de Los Molina (San José),...

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