3 may 2009

Curiosidades en la ubetense Capilla del Camarero




San Pablo de Úbeda, es una iglesia digna de ser visitada, por lo menos para admirar su bellísima portada flamígera. Presenta en su interior una mezcla tal, un conjunto tan heterogéneo a manera de un álbum, muestrario o colección de arte, o algo que afirmó Pi y Margall, un verdadero caos arquitectónico.

Esto no objeta para que en dicho templo existan rasgos y notas de arte que atraen la curiosidad y cautivan el ánimo de que con ojos de artista lo contemplan. Tal sucede con la hermosa capilla del Camarero, primorosa página del Renacimiento, en la que está sepultado el beneficiado Francisco de Vago, que ocupó dicho cargo de camarero o servidor, bajo ordenes del obispo Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, y cuya imponente reja es obra del ubetense Álvarez de Molina.

Según el profesor Arnate Deblas, confirma que en la plateresca portada de esta capilla labrada y trazada por Diego de Alcaraz, encierra entre sus cartelas un desesperado llamamiento a la unidad de los católicos frente la herejía luterana.

El Desaparecido Retablo De La Capilla Del Camarero. Según el escritor, e historiador José M. Almansa Moreno, nos afirma y demuestra, que una de las obras de más calidad de escultura del siglo XVI, en Úbeda fue el citado retablo de esta capilla funeraria, atribuida a Juan de Reolid.

El retablo, que ocupó el testero frontal del interior de la capilla, se dispuso de dos cuerpos horizontales y coronaba de un ático semicircular. Los cuerpos se dividían en cinco calles, enmarcadas por columnas abalaustrada, ubicándose hornacinas en los cuerpos laterales.

En la calle central, se ubicaba sobre friso con motivos decorativos de grutescos, -un bello relieve del santo entierro de Cristo- con inspiración al grupo ejecutado por Jacobo Florentino. En sus hornacinas laterales. Dos sibilas. La Caridad y la Justicia.

Sobre el cuerpo segundo y en calle central, una tabla pintada que representa la Inmaculada, a los lados Eros, y un niño sujetando una calavera…

Cerrándose el retablo, con la imagen de San Idelfonso, patrón de la capilla, en un semitondo. Otro tesoro este, saqueado en la última guerra civil.

Siendo el relieve del santo entierro de Cristo, el único trozo superviviente de este retablo, y que curiosamente se halla en la sacristía del baezano templo de San Pablo.

Por varios trabajos de investigación de Francisco Arnate Doblas y Arsenio Moreno, acerca de esta capilla, sabemos de la presencia de este relieve en la sacristía de San Pablo de Baeza, en donde fue trasladado tras la guerra civil, como causa de una confusión a la hora de devolver la obra a su lugar de origen una vez finalizada dicha contienda.


Este relieve que fue expuesto en el año 2000, en una importante exposición realizada en la metropolitana catedral del Santo Reino, se ubicó en un principio sobre el dintel de la puerta que da acceso a la sacristía del citado templo baezano


Lástima que tras terminar la citada exposición <>, ningún ubetense reclamase la devolución de este relieve al patrimonio escultórico de Úbeda. Pero en fin, es otra historia…

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