24 may 2009

El Antiguo Hospital De Santiago


Caminando por la calle comercial Obispo Cobos, llegamos al Hospital de Santiago, una de las obras cumbres de Vandelvira, que sobrecoge por su severidad apenas alterada por las elevadas torres laterales, el relieve de Santiago Matamoros, y los modillones de cerámica vidriada azul de la cornisa. Construido entre 1562 y 1575, año en que falleció el gran arquitecto, Como curiosidad decir, que en el año de 2005, se cumplieron quinientos años de su nacimiento en la ciudad de Alcaraz. El inmueble consta de estancias hospitalarias, dos claustros, patio central, escalera y como arte sacro iglesia, sacristía y antesacristía. Estás salas son casi desconocidas por los turistas.

La ornamentación deja paso a la grandiosidad volumétrica del edificio, que queda conformado como un gran cuerpo perfilado por sus cuatro altas torres, para que fuese visto desde lejos, aunque actualmente es imposible verlo desde lejos, por el poco respeto que se ha tenido al monumento por las construcciones de alrededor, otra de las causas son los árboles y los mal cuidados jardines que rodean la fachada principal. Así, el equipo de gobierno debería de tomar cartas en el asunto y eliminar todos los elementos (como son jardines, árboles, aparcamientos, cableado aéreo, farolas, semáforos, farolas, etc.) que contaminan visualmente al edificio.

La fachada aparece como gran telón. Está dividida en dos cuerpos por una ligera moldura, recorridos por una serie de ventanas, que en su origen eran de menor tamaño, agrandándose en el siglo XIX por motivos higiénicos.

Ligeros toques de ornamentación aparecen en el friso que recorre la fachada y llega hasta la base de pequeñas ménsulas, y metopas con discos de cerámica de color azul. La portada formada por arco de medio punto al estilo castellano, sobre el que aparee una lápida que dice “María Concebida sin pecado” y coronando la fachada un tabernáculo que alberga el relieve de Santiago y en su parte inferior las armas episcopales.

Las torres que limitan la fachada tienen un valor simbólico, no funcional. Estaban cubiertas por chapiteles con teja vidriada que fueron sustituidos a partir de 1915 hasta 1965 por cubiertas a cuatro aguas. La torre norte principal se reedifica entre 1989 y 1989, adosando un chapitel de azulejos modernista y pináculos de hormigón de dudoso gusto, a la misma se la ha bautizado como la tarta. En la misma restauración en vez de adoquinar la lonja del edificio, se asfaltó la misma.

Su fachada abierta a la lonja, se cierra por una artística verja de hierro y cuatro columnas con leones y heráldica del fundador, es de una sobriedad y serenidad sorprendentes. Como curiosidad decir que uno de los leones con heráldica del fundador, fue realizado a mitad del siglo XX, por el imaginero Francisco Palma Burgos.

Juan Pasquau nos dice… ¿Y los bajorrelieves, y las pilastras, y las hornacinas? ¿Y las columnas de frívola profusión corintia? ¿Y las aduladoras grecas? ¿Y los moldurados arcos en cuyos casetones se atisban sutiles alusiones mitológicas?... El Salvador ­­_insistimos_ está lejos. Santiago es la fundación de un piadoso Obispo.

El patio, e planta cuadrada, de 21 metros de lado. Columnas corintias de mármol blanco, “en las que perdura el módulo nazarí”. Grácil y espaciosa galería con arcos algo rebajados. Todo él da una impresión de grandiosa fragilidad… con resonancias andaluzas acusadísimas. Bajo el pavimento se oculta un gran aljibe, construido hacia 1707, para paliar la escasez de agua. La fuente taza es del año 1900. El reloj del patio, que procede de la antigua casa consistorial, lleva muchos años parado, desde años después de la inauguración del Palacio de Congresos y Exposiciones.

Declarado 1917 Monumento Nacional, tras la guerra civil el recinto de la capilla, fue restaurado y se abrió de nuevo al culto católico hasta que en el año 1980, se procede al cierre, exactamente el 29 de enero, ya que tras la marcha de las Hermanas de la Caridad en 1967 y del cierre del Hospital en 1975, la capilla tenía solo un capellán, dependía de la parroquia de San Isidoro y estaba abandonada, al igual que el inmueble hospitalario.

El sábado 7 de abril de 1990, después de muchos años de abandono y ruina, y tras ceder el Obispado durante cien años al Ayuntamiento este inmueble; se inaugura ya casi restaurado del todo el edificio (ya que aún queda por hacer, la terminación de la torre sur; terminación de urbanizar el patio trasero; restaurar las pinturas de la sacristía y antesacristía y caja de escalera, .etc.), el nuevo Palacio de Congresos y Exposiciones Hospital de Santiago, una gran referente cultural de la ciudad. La capilla ya desacralizada es transformada en Auditorio. En este año, se cumple treinta y cuatro años de que el inmueble dejó de ser casa de caridad y hospitalaria, prácticamente se cumple también unos veintinueve años de desacralización de la capilla hospitalaria y unos diecinueve años de que el inmueble se utiliza como Palacio de Congresos y Exposiciones.

El creador de este viejo hospital fue Diego de los Cobos y Molina, natural de Úbeda, hermano de Juan Vázquez de Molina, fundador del Palacio de las Cadenas. Fue deseo de este mecenas de ser sepultado su cadáver, en la cripta de este Hospital. Lo cual se cumplió una vez terminado el edificio, mientras tanto estuvo sepultado en la capilla Mayor del Convento de la Merced, de la cual eran patronos sus padres. Así el edificio hospitalario consta de gran cantidad heráldica de la familia Cobos.

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