El palacio ubetense de los marqueses de Messía es una de las construcciones más importantes de la ciudad en su categoría. Además es poseedor de unos ornamentos en su fachada que la hacen única en la provincia.Foto Universidad de Sevilla.
Edificado en el último cuarto del siglo XVI, está organizado en planta por un gran patio central de doble arquería, fue contratado en 1581 por los canteros Diego Gil y Diego de Ávila, siguiendo la expresa condición de atenerse al modelo “vandelviriano” del patio del Hospital de Santiago y gran caja de escalera monumental en uno de sus laterales, terminado en 1614.
La fachada se presenta como un gran lienzo corrido en el que destacan los balcones del piso superior rematados por unos frontones triangulares que ofrecen como variante, respecto a otros casos en la ciudad, un volumen muy acusado. Consta de dos pisos de ordenación simétrica. En el primero queda inserta la portada de acceso en el eje axial del patio. Adintelada, está enmarcada por simples pilastras toscanas rematadas por frontón triangular con tímpano de decoración heráldica y remates en sus vértices. En el segundo piso, cinco balcones en correspondencia con los vanos de cuerpo inferior. Conformados por pilastras jónicas pareadas, están coronados por pesados y saledizos frontones apeados sobre voladas ménsulas.
Por otro lado, sí existen indicaciones de que la fachada fue construida en 1585, fecha que aparece inscrita en ella. Evocación especial merece su torre, inacabada, que denota poderío señorial, no rematada, seguramente, por falta de dinero. Escasa documentación hay sobre este inmueble que se localiza más arriba del Colegio e Iglesia de la Trinidad y por el que se conoce la calle que los cobija.
Según Ruiz Fuentes, el recinto debe sus orígenes al caballero del hábito de Santiago Diego López Messía y Molina y destaca de él, entre otras, la amplia escalera, de doble tiro con meseta en medio, así como su bóveda, de media naranja, fechada en el XVIII, decorada con frescos nobiliarios.
Pero es el historiador Juan Barranco Delgado quien más ha tratado el edificio. Afirmó que el edificio fue levantado por el citado Diego López Messía y Molina, Caballero y Visitador de la Orden de Santiago, Regidor y Alférez Mayor de Úbeda, Gentilhombre de los reyes don Carlos I y don Felipe II, Embajador en Túnez, etc. Y a su esposa doña María Messía y Herrera, su prima hermana.
Como ya he dicho anteriormente, en uno de los laterales sobresale un cuerpo cuadrangular que, aunque con la misma altura que todo el conjunto, parece rememorar la composición de fachada con torre, habitual en otros palacios de la localidad, utilizada como símbolo arcaizante del poder y prestigio de la nobleza urbana. En la actualidad el palacio está en desuso, si bien una parte fue utilizada, durante algunos años, como local de ocio.
Curiosidades:
Edificado en el último cuarto del siglo XVI, está organizado en planta por un gran patio central de doble arquería, fue contratado en 1581 por los canteros Diego Gil y Diego de Ávila, siguiendo la expresa condición de atenerse al modelo “vandelviriano” del patio del Hospital de Santiago y gran caja de escalera monumental en uno de sus laterales, terminado en 1614.
La fachada se presenta como un gran lienzo corrido en el que destacan los balcones del piso superior rematados por unos frontones triangulares que ofrecen como variante, respecto a otros casos en la ciudad, un volumen muy acusado. Consta de dos pisos de ordenación simétrica. En el primero queda inserta la portada de acceso en el eje axial del patio. Adintelada, está enmarcada por simples pilastras toscanas rematadas por frontón triangular con tímpano de decoración heráldica y remates en sus vértices. En el segundo piso, cinco balcones en correspondencia con los vanos de cuerpo inferior. Conformados por pilastras jónicas pareadas, están coronados por pesados y saledizos frontones apeados sobre voladas ménsulas.
Por otro lado, sí existen indicaciones de que la fachada fue construida en 1585, fecha que aparece inscrita en ella. Evocación especial merece su torre, inacabada, que denota poderío señorial, no rematada, seguramente, por falta de dinero. Escasa documentación hay sobre este inmueble que se localiza más arriba del Colegio e Iglesia de la Trinidad y por el que se conoce la calle que los cobija.
Según Ruiz Fuentes, el recinto debe sus orígenes al caballero del hábito de Santiago Diego López Messía y Molina y destaca de él, entre otras, la amplia escalera, de doble tiro con meseta en medio, así como su bóveda, de media naranja, fechada en el XVIII, decorada con frescos nobiliarios.
Pero es el historiador Juan Barranco Delgado quien más ha tratado el edificio. Afirmó que el edificio fue levantado por el citado Diego López Messía y Molina, Caballero y Visitador de la Orden de Santiago, Regidor y Alférez Mayor de Úbeda, Gentilhombre de los reyes don Carlos I y don Felipe II, Embajador en Túnez, etc. Y a su esposa doña María Messía y Herrera, su prima hermana.
Como ya he dicho anteriormente, en uno de los laterales sobresale un cuerpo cuadrangular que, aunque con la misma altura que todo el conjunto, parece rememorar la composición de fachada con torre, habitual en otros palacios de la localidad, utilizada como símbolo arcaizante del poder y prestigio de la nobleza urbana. En la actualidad el palacio está en desuso, si bien una parte fue utilizada, durante algunos años, como local de ocio.
Curiosidades:
La fachada del mal llamado palacio de los marqueses de Bussianos cuenta con máscaras indianas en su fachada. Este tipo de arte hace que el edificio sea único en la provincia. Los historiadores del arte barajan dos teorías sobre los ornamentos que llaman la atención a cientos de visitantes.
El palacio ubetense de los marqueses de Messía es una de las construcciones más importantes de la ciudad en su categoría. Además es poseedor de unos ornamentos en su fachada que la hacen única en la provincia. Como ya referí, se trata de unas máscaras indianas sobre las que los historiadores del arte barajan dos teorías: fueron copiadas de alguna estampa de la época o bien de cualquier máscara de oro traída desde Hispanoamérica. Situadas a la altura del balcón central de la última planta, otorgan una personalidad distinta al edificio, del que se conocen pocos datos documentales de su origen, a excepción del patio central de columnas.
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