4 abr 2009

UN CUADRO DE SAN ANTONIO DE PADUA EN LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE ÚBEDA



Retablo compuesto por tres lienzos con escenas de la vida de Antonio de Padua realizado por el artista local Marcelo Góngora.

ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA COFRADE ET SETENCIATUS FUIT núm. 15.

Antonio de Padua, también venerado como San Antonio de Lisboa fue un teólogo, predicador, monje portugués. Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando de Bulhões, en el seno de una familia de la aristocracia descendiente del cruzado Godofredo de Bouillon, y murió en Padua el 13 de junio de 1231. Fue canonizado en 1232.

Se ilustró en la escuela catedralicia local. Obstaculizando los deseos de su familia, Fernando ingresó en la abadía Agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa. Los monjes de la orden de San Agustín, de la cual él era miembro, eran famosos por su dedicación a los estudios. Antonio estudió Sagrada Escritura y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Agustín de Hipona, Jerónimo de Estridón, Bernardo de Claraval y Gregorio Magno. También estudió los clásicos latinos como Séneca y Ovidio. Después de conseguir la autorización de sus superiores religiosos, se trasladó a la abadía de la Santa Cruz en Coimbra, para prolongar sus estudios.

En el verano de 1220 paso de un extremo y se hizo franciscano. En ese instante adoptó el nombre de Antonio en honor de Antonio Abad a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. En la fiesta de Pentecostés de 1221 miles de frailes (Antonio entre ellos) se reunieron en Asís, episodio que ha pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Este Capítulo General tuvo por lema un versículo del Salmo 143: “Bendito sea el Señor mi Dios que adiestra mis manos para la batalla” y estuvo presidido por el cardenal Raniero Capocci en ausencia del patrón de la orden, el cardenal Ugolino dei Conti di Segni, quien sería luego el Papa Gregorio IX.
Una vez rematada la reunión, el monje jurisdiccional de Bolonia, Fray Graciano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Monte Paolo para que sirviera como sacerdote. Durante este período comienza su carrera como predicador viajando por todo el norte de Italia y el sur de Francia contra las herejías. Su primer campo de acción apostólica fue la romana donde le tocó enfrentarse al catarismo. Conocido en aquel entonces como "Doctor Evangélico", escribió sermones para todas las fiestas del año. Su obra escrita son los Sermones en latín.
Antonio de Padua es la persona más rápidamente canonizada por la Iglesia católica: 352 días después de su fallecimiento, el 30 de mayo de 1232. Antonio de Padua es el patrón de Lisboa, de Padua, donde permanecen sus restos, y numerosas otras ciudades, como Concordia (Entre Ríos) e Ingeniero Maschwitz (Buenos Aires), en Argentina. Es especialmente invocado por los católicos en diversas ocasiones o motivos debido a la cantidad enorme de milagros que se le atribuyen.

En 1263, la ciudad de Padua le brindó un oratorio que conserva sus restos. Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto. Se cuenta que aunque todo su cuerpo estaba ya corrupto la lengua no, lo que provocó una nueva oleada de devoción y la admiración de otros galanes católicos como Buenaventura de Fidanza. Fue proclamado Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946.

En Brasil y algunas partes de América Latina y en Portugal, es reconocido como el santo de los matrimonios y el día de su fiesta (el 13 de junio) las jóvenes solteras gozan la costumbre de comprar una pequeña imagen de San Antonio y colocarla al revés como escarmiento hasta que hayan encontrado un buen marido. Esta entrometida tradición ha sido captada muchas veces en la cultura popular portuguesa y latinoamericana .

En Úbeda, y en su clausurada iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, se guarda un retablo neogótico dedicado al santo. Exactamente en el testero de la antigua capilla del Canónigo Becerra .

Dicho retablo compuesto por tres lienzos fue realizado por el artista local Marcelo Góngora, representa escenas de la vida de Antonio de Padua, esta firmado y fechado en 1965. Además encuadrado en un interesantísimo realismo sorprendente y nostálgico de perfeccionadísima técnica.

Notas:

"http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Padua"

Santa María es la iglesia más unida a la historia de Úbeda, es sin duda la Antigua Colegiata de la ciudad. Fue la tercera iglesia más importante en dignidad del Santo Reino y sigue cerrada, desde 1983 al culto, debido a unas interminables, y no siempre certeras, obras de restauración. El templo data de los siglos XIII; XIV; XVI; XVIII; XIX e incluso pertenece al siglo XXI, por el nuevo aspecto que presenta su interior, debido a la consabida restauración. En ella conviven armoniosamente todos los estilos incluso los que no ha dado conocer el arte. Lo más interesante son sus fachadas, el bellísimo claustro, las capillas del interior y la rica rejería del interior.

La capilla de San Antonio o de los Becerra, junto a la cabecera en el lado sur. De planta y dimensiones sencillas, ofrece, en cambio, la portada gótica más suntuosa de Santa María: arco apuntado con arquivoltas, decorado con una amplia cenefa de cardinas y becerros que arranca desde la base. Protuberantes agujas lo enmarcan prolongadas en pináculos; a los que se adosan las imágenes de San Juan y San Lorenzo, bajo dosel, mientras en el tímpano van las de San Pedro y San Pablo en torno a la Virgen y heráldica. El vano se cierra con una reja del maestro Bartolomé, en la que alternan barrotes toros, con frisos y escenas renacentistas. La planta cuadrada, se cubre de tercelete con decoración de becerros y heráldica en la clave.

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