COMPARTO LA OPINION DE LA ASOCIACION CABALLEROS 24 SOBRE EL IMPACTO VISUAL QUE OCASIONA EL LAUREL DEL HOSPITAL DE SANTIAGO; LA PERSONAS CULTAS QUE NOS GUSTA LA NATURALEZA, AMAMOS EL ARTE Y LUCHAMOS POR EL PATRIMONIO HISTORICO, COMPARTIMOS LA MISMA IDEA; ESTA ESPECIE ARBOREA DEBE DE SER TRANSPLANTADA A OTRO LUGAR,...
A pesar de que a partir de este escrito tendremos algunos “enemigos” más (y puede que algunos amigos más), nos vamos a arriesgar y manifestar nuestra opinión y postura al respecto.
Los que componemos esta asociación caballeresca que defiende lo que compete al patrimonio urbanístico, también nos declaramos defensores del patrimonio “arbolístico”; pero todo en su justa medida. Defendemos que cada cosa debe tener su sitio y ocupar su lugar en el paisaje urbano, que convivan pero que no se entorpezcan. Pero si nos obligaran a poner en la balanza ambas cuestiones, nosotros nos declinamos por defender y perseverar la vida y el entorno monumental. Un árbol se puede plantar, trasplantar y cortar y al paso de unos años, volvería a estar frondoso; sin embargo un edificio no se puede trasplantar así como así.
Todo este planteamiento nos lleva a posicionarnos y reivindicar que se trasplante el hermoso ejemplar de laurel que oculta buena parte de la fachada principal del Hospital de Santiago y que se reubique, bien en el Parque Norte o en el patio trasero del mismo edificio. Esta será una campaña que nos llevará tiempo, pero de conseguirse, el consistorio se apuntaría varios tantos, uno por defender la vida de una especia arbórea y otro por dejar que luzca en todo su esplendor este bello Escorial de Andalucía.
Sabemos que los componentes del colectivo Plaza Vieja también le hicieron la misma propuesta al anterior equipo de gobierno y como resultaba ser muy costosa la tarea, ellos -con buena carga de ironía- aconsejaron entonces trasladar el Hospital. Nosotros, creemos que sería mejor trasplantar el laurel y puede que saliera algo más económico; sólo es cuestión de echar números.
Aconsejaríamos que este trabajo se hiciera por expertos y no por nuestros jardineros, ellos, mientras tanto, podrían limpiar la excesiva vegetación que hay delante de la muralla de la Redonda de Miradores, porque aquí sí podríamos emplear aquélla frase que dice: “La espesura de los árboles no nos deja ver el bosque”.
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