Varios Aspectos del Exterior e Interior del Ruinoso y bello templo de San Lorenzo. Fotos Asociación Cultural Mirador de San Lorenzo Úbeda; Oroñoz; Diego Godoy Cejudo y Jose Manuel Almansa Moreno. |
El pasado 26 de Julio de 2011,
día de Santa Ana, se cumplió 75 años del cierre al culto de la iglesia de San
Lorenzo y a su vez de la destrucción del patrimonio eclesiástico en la Úbeda patrimonial.
El conflicto social vivido en
España entre 1936 y 1939, trajo consigo en sus inicios, una violenta reacción
contra todo aquello que significara iglesia católica o que recordara la
corrupción de esta, emprendiéndose en julio y agosto de 1936 diversas acciones
de masas de incontrolados y gente pobre que derivaron tanto en persecuciones
como en hechos sangrientos con resultados, por desgracia, de muerte. Y en
expolio. Las masas incontroladas entraron en iglesias y las saquearon.
La mayoría de las iglesias
ubetenses, fueron destrozadas por brotes iconoclastas. En un balance
iconográfico, puede afirmase que, desafortunadamente, Úbeda, perdió en los tres
años de contienda, toda parte de su antiguo patrimonio escultórico pasionista.
Entre sus veneradas imágenes perdidas, destacaba El Cristo de la Caída ; El Cristo de La Lengua ; El Cristo del Pozo
o la Virgen
del Gavellar, todas imágenes de gran valor emocional y artístico.
El panorama escultórico no fue lo
único que se perdió, también se perdió los ricos archivos documentales, la
inmensa mayoría de los retablos y las sillerías.
Estas masas incontroladas no han
sido los únicos que acabaron con el rico patrimonio cultural de la iglesia
ubetense, sino también en el siglo XIX, la guerra de la Independencia y la
ley de Mendizábal, también contribuyó a la perdida de este patrimonio.
Hablando de San Lorenzo. Esta
iglesia fue parroquia hasta 1842, año en que se agrega a la iglesia de Santa
María. Ha sufrido reparos y modificaciones desde el siglo XIV, y a lo largo del
siglo XVI se reconstruye totalmente. Hasta hace poco de su Exterior destacaba
la espadaña (torre) que estuvo cubierta de hiedra, elemento esencial que
singularizaba el espacio en el que se inscribe, entre la Casa de las
Torres y el camino que conduce a la Puerta de Granada, desgraciadamente y tras
secarse la hiedra su peculiar aspecto de estampa romántica, se ha perdido.
Posee dos portadas, la de los pies, actualmente clausurada-invisible desde la
calle por estar encerrada en un huerto-, es bastante simple.
La portada principal, muy sobria, con decoración renacentista, está compuesta
por arco de medio punto entre pilastras.
Centrada sobre el arco se encuentra una hornacina que albergaba la imagen de
San Lorenzo -hoy en una de las torres de Santa María-. A los lados aparecen dos
escudos con una parrilla, atributo del santo titular que alude al martirio a
que fue sometido (calcinado sobre una parrilla).
La iglesia de San Lorenzo, uno de
los más ilustres templos de la ciudad ubetense, necesita de una urgente
rehabilitación. Solo queda esperar. Esperar la ruina o esperar una solución.
Por desgracia, seguramente la solución llegara tarde, cuando ya no haya nada
que solventar. En julio de 1936 se cerró al culto y dio comienzo el proceso de
ruina de tan insigne templo, desvalijado, desperdigado su rico patrimonio y
destruido por la barbarie humana.
Esperemos ver pronto esta iglesia
restaurada,...Es una de las iglesias de Úbeda, (a parte de la de Santa María)
que más me atrae su historia y arte,...Ya han pasado 75 años, de su clausura y
posterior abandono,…
Los últimos detalles conocidos de
su mal estado, tienen que ver con la aparición de goteras debido al mal estado
de las cubiertas y el desplome de parte de un muro del patio lateral. A esto
hay que añadir grandes grietas en los muros, tanto en interior como en
exterior, hundimiento de dinteles de los vanos, indicios de inminentes
derrumbes en techumbres y paredes, aparición de humedades y un largo etcétera,
con la consiguiente pérdida de elementos arquitectónicos y decorativos de gran
valor patrimonial. Un ejemplo es el antiguo artesonado que hay bajo el suelo
del coro, cuya rica policromía está desapareciendo.
Desde el final de la guerra hasta
ahora, Úbeda ha asistido impasible a una destrucción masiva y continuada de su
patrimonio histórico: aquí presumimos mucho de nuestro pasado, pero nos molesta
tener que conservarlo. Indolentes como somos, los ubetenses hemos visto
desaparecer en los últimos cincuenta años las ruinas de Santo Tomás; las ruinas
de Madre de Dios del Campo o los conventos de San Andrés o de San Juan de Dios
o de La Victoria. Como
veremos hundirse San Lorenzo.
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