A mediados de la década de 1980,
se hizo en la mencionada intervención una
aberración. Un grave error histórico, conceptual y de restauración: fue
completar hasta terminar en pico el tímpano del frontón que remata a la
iglesia. El arquitecto que hizo esa intervención se tomó la licencia de
"terminarlo", creyendo que el tímpano en forma de trapecio que dibuja
la cornisa no era correcto y que estaba incompleto (o por lo menos no al gusto
contemporáneo). Le enmendó la plana a Vandelvira y a las proporciones del
patio. Un grave error de lectura y que demuestra una vez más el escaso control
que se efectúa en las intervenciones del patrimonio jiennense.
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