En este presente artículo,
presentare un curioso documento, facilitado por mi amigo Gabriel Delgado Juan,
dicho documento es un recordatorio gráfico, entregado en la Fiesta Principal de
la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad.
Celebró la hermandad del
Santísimo Cristo de la Humildad su fiesta principal, el domingo 27 de febrero
de 1955 en la iglesia de San Miguel Arcángel,
ya que la citada imagen recibía culto en la iglesia de San Miguel
mientras continuaban las obras en la parroquia de San Pablo, que finalizaron en
el año 1959.
Durante el acto, se hizo entrega a los asistentes ha dicho acto litúrgico,
siendo el orador sagrado un carmelita perteneciente a esta orden, una postal
recordatorio, mostrando la imagen del
Cristo de la Humildad en una de las
hornacinas, del retablo Barroco de la Virgen de la Caridad, del lado del
Evangelio de la rotonda de la Sacra Capilla de El Salvador.
Esta es la Fotografía a la que
hacemos mención en este artículo, y que fue realizada el año anterior, año de
1954, año de la bendición de dicha imagen realizada por Amadeo Ruiz Olmos, cuya
instantánea sería realizada, tras la
terminación de la Semana Santa de dicho año en la Sacra Capilla de El Salvador,
ya que hasta la terminación de las obras de la Iglesia de San Pablo, la
Hermandad de la Humildad realizaba su desfile procesional desde El Salvador.
Curiosamente, antaño en este
mismo retablo, recibió culto, otro Ecce Homo, regalo de Carlos V a Franscisco
de los Cobos.
Según el historiador José Manuel Almansa Moreno en su trabajo
titulado: “El mecenazgo del marquesado de Camarasa en el siglo XVIII. La
ornamentación de la Sacra Capilla de El Salvador, Úbeda”. Nos relata lo
siguiente:
…Actualmente los retablos están dedicados
a San José y a la Virgen María. Sin embargo, atendiendo a la descripción
realizada por Ruiz Prieto y comparándola con las fotografías
antiguas que se conservan, todo parece indicar que las hornacinas estarían
ocupadas por otras imágenes. Así, del retablo ubicado en el lado del
Evangelio tenemos la siguiente descripción:
«La bellísima imagen [de Nuestra Señora
de la Caridad] ocupa el centro del retablo que es dorado, de
riquísima labor, tallado en 1692, por el hermano del Orden Tercero, del hábito
de Nuestra Señora del Carmen, Diego de Alarcón, maestro escultor,
vecino de Úbeda. Lo adornan, además un San José y un San Antonio de Padua, y
sobre el nicho de Nuestra Señora el busto de un Ecce-homo de barro
cocido que era del emperador Carlos V. Antes coronaba este hermoso
retablo una bellísima imagen de San Miguel, esculpida en alabastro,
que D. Juan de Austria regaló
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Desgraciadamente,
en 1804, la rompió por un descuido el sacristán, que arreglando el retablo lo
echó al suelo, reduciéndose a pedazos tan bella escultura».
Sobre
el otro retablo, Ruiz Prieto nos aporta la siguiente descripción: «Al lado de
la Epístola se halla el altar titulado de San Francisco, cuyo retablo fue
tallado por el mismo Diego de Alarcón. Tiene una buena imagen del Santo y
encima del nicho que ocupa está la cabeza de San Eliseo, de la estirpe de la
virgen y mártir Santa Úrsula. En otros documentos se dice que dicha cabeza es
de San Elderico». La presencia del santo franciscano como titular del retablo
justificaría los emblemas religiosos que aparecen diseminados entre el programa
mural en este lado de la rotonda (el escudo de la Orden y las llagas de San
Francisco)…
La pérdida del busto del citado
Ecce Homo, es una muestra más, del
anticlericalismo y la iconoclastia religiosa desatada en la retaguardia
republicana durante el verano de 1936, y que continúa siendo un tema tabú en
investigaciones sobre nuestra historia local.
El anticlericalismo, como
movimiento político y social, tiene un extenso recorrido en la historia
contemporánea de España, con diferentes etapas de evolución ideológica y social
que incluyen esporádicos disturbios o episodios de violencia a lo largo de los
siglos XIX y XX. Pero, sin duda alguna, la creciente espiral de confrontación
social y hostilidad anticlerical vivida durante la II República, que desembocó
en el feroz estallido de persecución religiosa ocurrido al comienzo de la
Guerra Civil Española (1936-1939), constituye una tragedia sin precedentes en
la historia de Europa.
Hoy en día, toda la
historiografía especializada es unánime al considerar que la explosión de
violencia antirreligiosa y anticlerical del verano de 1936 fue la consecuencia
lógica de una predeterminada estrategia revolucionaria.
Por último y acerca de los
retablos laterales de la rotonda, volvemos al estudio realizado por José Manuel
Almansa:
…En cuanto a los retablos
laterales, éstos han sido atribuidos tradicionalmente al tallista cordobés
Agustín Jurado, quien trabajaría para varios templos ubetenses realizando
altares con este mismo sentido espectacular y grandioso, ya retardatario. Sin embargo,
la documentación ha demostrado que su autoría se debe a José García de
Pantaleón, si bien no se descarta la participación de Jurado en otros trabajos
de la Capilla (como el cercano retablo de la Magdalena, del que hablaremos
después).
Estudiados por la profesora Luz
de Ulierte , se trata de dos obras gemelas que, embutidas en arcos de medio
punto, adaptan su planta al breve semicírculo mediante un plano central
flanqueado por dos laterales en abanico. Su remate se mezcla con la cubierta en
cuarto de esfera rebajado de la capilla, dividido con gallones de abundante
decoración, hasta tal punto que en esta indefinición se pierden los límites del
retablo, inequívoca señal de la dispersión y fugacidad de líneas del arte
rococó.
Los retablos quedan flanqueados
por dos grandes estípites, de complicada ornamentación, dispuestos de forma
angular sobre ménsulas con angelillos atlantes. El cuerpo principal presenta
tres calles separadas por estípites de menor tamaño dispuestos sobre un alto
banco, que a su vez sostienen juguetones angelotes.
La planta poligonal del retablo
se suaviza gracias a la adopción de la forma convexa por parte de las puertas
laterales de medio punto y el sagrario central, sobresaliendo del plano recto.
Tanto las calles laterales –en parte ocultas por los estípites mayores– como la
central se ven ornadas con nichos de medio punto, siendo el central trilobulado
y de mayor tamaño.
A la altura de los estípites
laterales se dispone una cornisa de sinuoso perfil mixtilíneo, jalonada con dos
niños en la calle central sosteniendo un vano polilobulado, mientras en los
laterales este espacio viene adornado con placas interrumpidas con profundas
curvas. Una nueva cornisa corre por encima, elevándose más en la calle central
ornamentada lateralmente con roleos; en su centro, un nuevo angelillo juguetea
mientras otros dos resbalan sobre los roleos sosteniendo una corona.
El remate presenta suaves placas
curvas en los laterales, que conducen visualmente al centro, más elevado, en
donde aparece un nuevo transparente polilobulado –hoy vacío–.
Juan Ángel López Barrionuevo.
Otoño 2021.
Bibliografía Consultada:
Archivo de Gabriel Delgado Juan.
El mecenazgo del marquesado de
Camarasa en el siglo XVIII. La ornamentación de la Sacra Capilla del Salvador,
Úbeda
José Manuel Almansa Moreno
Universidad de Jaén.
Nuestras cofradías en el siglo
XX, Tomo II.
Pedro Mariano Herrador Marín.
Edición electrónica