20 oct 2021

Curiosa fotografía del Cristo de la Humildad en el Retablo de la Virgen de la Caridad en la Sacra Capilla de El Salvador. Juan Ángel López Barrionuevo.

 

En este presente artículo, presentare un curioso documento, facilitado por mi amigo Gabriel Delgado Juan, dicho documento es un recordatorio gráfico, entregado en la Fiesta Principal de la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad.




Celebró la hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad su fiesta principal, el domingo 27 de febrero de 1955 en la iglesia de San Miguel Arcángel, ya que la citada imagen recibía culto en la iglesia de San Miguel mientras continuaban las obras en la parroquia de San Pablo, que finalizaron en el año 1959.


Celebró la hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad su fiesta principal, el domingo 27 de febrero de 1955 en la iglesia de San Miguel Arcángel,  ya que la citada  imagen  recibía culto en la iglesia de San Miguel mientras continuaban las obras en la parroquia de San Pablo, que finalizaron en el año 1959. 

Durante  el acto, se hizo entrega  a los asistentes ha dicho acto litúrgico, siendo el orador sagrado un carmelita perteneciente a esta orden, una postal recordatorio, mostrando  la imagen del Cristo de la Humildad en una de las  hornacinas, del retablo Barroco de la Virgen de la Caridad, del lado del Evangelio de la rotonda de la Sacra Capilla de El Salvador.

Esta es la Fotografía a la que hacemos mención en este artículo, y que fue realizada el año anterior, año de 1954, año de la bendición de dicha imagen realizada por Amadeo Ruiz Olmos, cuya instantánea sería realizada,  tras la terminación de la Semana Santa de dicho año en la Sacra Capilla de El Salvador, ya que hasta la terminación de las obras de la Iglesia de San Pablo, la Hermandad de la Humildad realizaba su desfile procesional desde  El Salvador.

Curiosamente, antaño en este mismo retablo, recibió culto, otro Ecce Homo, regalo de Carlos V a Franscisco de los Cobos.

Según el historiador  José Manuel Almansa Moreno en su trabajo titulado: “El mecenazgo del marquesado de Camarasa en el siglo XVIII. La ornamentación de la Sacra Capilla de El Salvador, Úbeda”. Nos relata lo siguiente:

 Actualmente los retablos están dedicados a San José y a la Virgen María. Sin embargo, atendiendo a la descripción realizada por Ruiz Prieto y comparándola con las fotografías antiguas que se conservan, todo parece indicar que las hornacinas estarían ocupadas por otras imágenes. Así, del retablo ubicado en el lado del Evangelio tenemos la siguiente descripción:

«La bellísima imagen [de Nuestra Señora de la Caridad] ocupa el centro del retablo que es dorado, de riquísima labor, tallado en 1692, por el hermano del Orden Tercero, del hábito de Nuestra Señora del Carmen, Diego de Alarcón, maestro escultor, vecino de Úbeda. Lo adornan, además un San José y un San Antonio de Padua, y sobre el nicho de Nuestra Señora el busto de un Ecce-homo de barro cocido que era del emperador Carlos V. Antes coronaba este hermoso retablo una bellísima imagen de San Miguel, esculpida en alabastro, que D. Juan de Austria regaló

 





Desgraciadamente, en 1804, la rompió por un descuido el sacristán, que arreglando el retablo lo echó al suelo, reduciéndose a pedazos tan bella escultura».

 

Sobre el otro retablo, Ruiz Prieto nos aporta la siguiente descripción: «Al lado de la Epístola se halla el altar titulado de San Francisco, cuyo retablo fue tallado por el mismo Diego de Alarcón. Tiene una buena imagen del Santo y encima del nicho que ocupa está la cabeza de San Eliseo, de la estirpe de la virgen y mártir Santa Úrsula. En otros documentos se dice que dicha cabeza es de San Elderico». La presencia del santo franciscano como titular del retablo justificaría los emblemas religiosos que aparecen diseminados entre el programa mural en este lado de la rotonda (el escudo de la Orden y las llagas de San Francisco)…

 

La pérdida del busto del citado Ecce Homo,  es una muestra más, del anticlericalismo y la iconoclastia religiosa desatada en la retaguardia republicana durante el verano de 1936, y que continúa siendo un tema tabú en investigaciones sobre nuestra historia local.

El anticlericalismo, como movimiento político y social, tiene un extenso recorrido en la historia contemporánea de España, con diferentes etapas de evolución ideológica y social que incluyen esporádicos disturbios o episodios de violencia a lo largo de los siglos XIX y XX. Pero, sin duda alguna, la creciente espiral de confrontación social y hostilidad anticlerical vivida durante la II República, que desembocó en el feroz estallido de persecución religiosa ocurrido al comienzo de la Guerra Civil Española (1936-1939), constituye una tragedia sin precedentes en la historia de Europa.

Hoy en día, toda la historiografía especializada es unánime al considerar que la explosión de violencia antirreligiosa y anticlerical del verano de 1936 fue la consecuencia lógica de una predeterminada estrategia revolucionaria.

Por último y acerca de los retablos laterales de la rotonda, volvemos al estudio realizado por José Manuel Almansa:

…En cuanto a los retablos laterales, éstos han sido atribuidos tradicionalmente al tallista cordobés Agustín Jurado, quien trabajaría para varios templos ubetenses realizando altares con este mismo sentido espectacular y grandioso, ya retardatario. Sin embargo, la documentación ha demostrado que su autoría se debe a José García de Pantaleón, si bien no se descarta la participación de Jurado en otros trabajos de la Capilla (como el cercano retablo de la Magdalena, del que hablaremos después).

Estudiados por la profesora Luz de Ulierte , se trata de dos obras gemelas que, embutidas en arcos de medio punto, adaptan su planta al breve semicírculo mediante un plano central flanqueado por dos laterales en abanico. Su remate se mezcla con la cubierta en cuarto de esfera rebajado de la capilla, dividido con gallones de abundante decoración, hasta tal punto que en esta indefinición se pierden los límites del retablo, inequívoca señal de la dispersión y fugacidad de líneas del arte rococó.

Los retablos quedan flanqueados por dos grandes estípites, de complicada ornamentación, dispuestos de forma angular sobre ménsulas con angelillos atlantes. El cuerpo principal presenta tres calles separadas por estípites de menor tamaño dispuestos sobre un alto banco, que a su vez sostienen juguetones angelotes.

La planta poligonal del retablo se suaviza gracias a la adopción de la forma convexa por parte de las puertas laterales de medio punto y el sagrario central, sobresaliendo del plano recto. Tanto las calles laterales –en parte ocultas por los estípites mayores– como la central se ven ornadas con nichos de medio punto, siendo el central trilobulado y de mayor tamaño.

A la altura de los estípites laterales se dispone una cornisa de sinuoso perfil mixtilíneo, jalonada con dos niños en la calle central sosteniendo un vano polilobulado, mientras en los laterales este espacio viene adornado con placas interrumpidas con profundas curvas. Una nueva cornisa corre por encima, elevándose más en la calle central ornamentada lateralmente con roleos; en su centro, un nuevo angelillo juguetea mientras otros dos resbalan sobre los roleos sosteniendo una corona.

El remate presenta suaves placas curvas en los laterales, que conducen visualmente al centro, más elevado, en donde aparece un nuevo transparente polilobulado –hoy vacío–.

Juan Ángel López Barrionuevo.

Otoño 2021.

 

Bibliografía Consultada:

Archivo  de Gabriel Delgado Juan.

El mecenazgo del marquesado de Camarasa en el siglo XVIII. La ornamentación de la Sacra Capilla del Salvador, Úbeda

José Manuel Almansa Moreno

Universidad de Jaén.

Nuestras cofradías en el siglo XX,  Tomo II.

Pedro Mariano Herrador Marín.

Edición electrónica

 

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