Accedieron al interior, con el peligro que ello conlleva y realizaron pintadas con motivos 'satánicos'
02.06.10 - 02:08 - ALBERTO ROMÁN ÚBEDA.
La maltrecha iglesia de San Lorenzo de Úbeda ha vuelto a ser objeto de diferentes actos vandálicos que han venido a empeorar la lamentable situación en la que se encuentra el histórico edificio, sumido desde hace años en un imparable proceso de deterioro y en varias ocasiones víctima del expolio. En días pasados, un grupo de personas logró entrar al interior del templo. Se cree que aprovecharon cierta facilidad dejada tras las recientes obras realizadas en la muralla de su flanco sur o que pasaron por donde se ha hundido parte de un muro exterior. Y una vez dentro, se dedicaron a realizar pintadas a su antojo en distintos puntos.
Los autores de tan desafortunada gamberrada no sólo actuaron contra el valor patrimonial de San Lorenzo, pues además quisieron atentar contra su pasado sagrado pintando símbolos considerados 'satánicos', tales como estrellas enmarcadas en un círculo y el clásico '666', entre otros. Lo hicieron en muros, en el suelo e incluso en algunas lápidas de los enterramientos allí existentes. Y también mancharon de pintura diferentes enseres, como un antiguo confesionario de madera labrada.
Estos vándalos desconocían el peligro que corrían con sus actos, y no precisamente porque su anecdótica 'invocación' al diablo les pudiera haber funcionado, sino por algo más terrenal. Y es que algunos puntos de la iglesia presentan riesgo de desplome inminente, con lo cual la broma podía haber acabado en desgracia. El hecho es que hay muros con grandes grietas, e incluso se pueden ver ya desprendimientos de materiales y zonas apuntaladas, tanto en la nave central como en las dependencias auxiliares y la antigua vivienda de los santeros, lugares que, al parecer, recorrieron estas personas.
Los albañiles que recientemente trabajaron en la muralla exterior conocen bien estos riesgos. No en vano, cada vez que tenían que cruzar ciertas estancias, lo hacían a toda prisa si es que no podían evitarlo. Así, se considera una absoluta temeridad que haya personas decididas a recorrer el interior del inmueble a sus anchas.
Los daños causados no quedaron aquí pues, además, en la fuente que hay en el exterior, justo en el mirador de San Lorenzo, estos vándalos arrojaron la pintura que les sobró, con lo cual el agua se tiñó de morado. Lo malo es que la piedra porosa de la que está construida absorbió el tinte y hoy se puede ver con un tono de este color, algo complicado de limpiar.
Los vecinos de la zona, que siempre han reivindicado la restauración y puesta en valor de San Lorenzo, e incluso han realizado alguna campaña de limpieza en su interior, han mostrado su indignación por estos hechos. Se suman a otros lamentables incidentes anteriores, como el desplome de parte del muro que delimita el huerto de la iglesia, la aparición de goteras en la nave central o el robo de la antigua baranda de las escaleras que suben al coro. Mientras tanto, San Lorenzo sigue deteriorándose poco a poco, sin un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Obispado que garantice su conservación.
Hace unos meses, el Consistorio dio un primer paso para obtener la titularidad del inmueble. Realizó una valoración técnica teniendo en cuenta sus dimensiones y estado de conservación, y la envió al Obispado para plantear una permuta. La cifra era 600.000 euros. Pero aún no ha habido respuesta. Paralelamente, también se le ha remitido desde la administración local un requerimiento para que repare los desperfectos más urgentes, algo a lo que tampoco ha habido reacción.
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