Úbeda también está formado por algunos interesantes edificios medievales con elementos mudéjares en su decoración, que normalmente pasan bastante desapercibidos ante el lujo del arte renacentista andaluz del siglo XVI. Un interesante ejemplo a mencionar de estos inmuebles, es la desconocida Iglesia de Santo Domingo de Silos.
El arte mudéjar es un estilo artístico indiscutiblemente hispánico, el más característico de la época medieval. Se desarrolla desde fines del siglo XII hasta el siglo XVI en los reinos cristianos de la Península Ibérica en los que se da una situación de tolerancia religiosa característica de la sociedad medieval hispana, conviviendo cristianos, judíos y musulmanes. La fusión del arte islámico con las necesidades del arte cristiano promovió en la península un tipo muy particular de manifestaciones artísticas que siglos después tuvieron efecto en las Islas Canarias y América.
El «Mudéjar» es un dicho utilizado para referirse a la población musulmana que permaneció en territorio cristiano tras el avance de la Reconquista conservando su religión y su rica cultura propia. La palabra «mudéjar» procede del árabe mudeyyen, el que ha sido autorizado para quedarse; identifica al musulmán que vive en territorio cristiano. Pero el término «arte mudéjar» ha adquirido un sentido más amplio que el arte realizado.
Este nuevo estilo será de enorme importancia para la historia del arte español. Sus manifestaciones pervivieron durante toda la Edad Moderna en España debido a su popularidad, llegando hasta la actualidad.
Se trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVI, como mixtificación de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época.
No es un estilo artístico unitario, sino que posee características peculiares en cada región, entre las que destacan el mudéjar toledano, leonés, aragonés y andaluz.
En el foco mudéjar andaluz se diferencian los estilos de la Baja Andalucía y de la Andalucía Penibética. En Sevilla prevalecen el ladrillo y las formas almohades y la construcción de capillas funerarias, iglesias, palacios y sinagogas, mientras que en Córdoba se mantiene el empleo de la piedra. Por sus características formales y por su tardía cronología se distingue el mudéjar de la Alta Andalucía, donde perviven elementos de inspiración nazarí, aunque su desarrollo fue frenado por auge del Renacimiento.
Úbeda también está formado por algunos interesantes edificios medievales con elementos mudéjares en su decoración, que normalmente pasan bastante desapercibidos ante el lujo del arte renacentista andaluz del siglo XVI. Un interesante ejemplo a mencionar de estos inmuebles, es la desconocida Iglesia de Santo Domingo de Silos.
En las entrañas de la Úbeda monumental, se sitúa el recatado barrio de Santo Domingo. Haciendo principio con la calle Luna y Sol, se alza resistiendo el paso del tiempo, la antigua iglesia que da nombre al popular barrio.
Su origen no se conoce con precisión. Se puede situar entre los siglos XIII y XIV, a juzgar por una serie de canecillos en la fachada norte que nos remiten a un primitivo origen, probablemente del siglo XIII.
La estructura de su fábrica, sin duda alguna reedificada con posterioridad, queda concebida dentro de postulados estilísticos de carácter gótico-mudéjar, propios ya de finales del siglo XV: Única nave de salón, con cabecera poligonal -o capilla mayor- destacada cubierta por bóveda de nervios rematados en florón y capillas laterales en su lado sur, entre contrafuertes. La torre se edificó en 1702. Sus portadas son renacentistas: la sur, bello ejemplar plateresco, es de los años 1520-1525 y la norte, de la primera década del siglo XVII.
La nave, tras el arco toral, está cubierta por un espléndido artesonado ataujerado de par y nudillo, con casetones de estilo renacentista a base de molduras que forman compartimentos cóncavos, cuadrados o rectangulares, sujetado por magníficas tirantas de lacería mudéjar. Precisamente es una de las manifestaciones artística más característica del mudéjar en Úbeda, en peligro de ruina, por grandes humedades y desprendimiento que presenta en la actualidad, dicho artesonado...
El «Mudéjar» es un dicho utilizado para referirse a la población musulmana que permaneció en territorio cristiano tras el avance de la Reconquista conservando su religión y su rica cultura propia. La palabra «mudéjar» procede del árabe mudeyyen, el que ha sido autorizado para quedarse; identifica al musulmán que vive en territorio cristiano. Pero el término «arte mudéjar» ha adquirido un sentido más amplio que el arte realizado.
Este nuevo estilo será de enorme importancia para la historia del arte español. Sus manifestaciones pervivieron durante toda la Edad Moderna en España debido a su popularidad, llegando hasta la actualidad.
Se trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVI, como mixtificación de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época.
No es un estilo artístico unitario, sino que posee características peculiares en cada región, entre las que destacan el mudéjar toledano, leonés, aragonés y andaluz.
En el foco mudéjar andaluz se diferencian los estilos de la Baja Andalucía y de la Andalucía Penibética. En Sevilla prevalecen el ladrillo y las formas almohades y la construcción de capillas funerarias, iglesias, palacios y sinagogas, mientras que en Córdoba se mantiene el empleo de la piedra. Por sus características formales y por su tardía cronología se distingue el mudéjar de la Alta Andalucía, donde perviven elementos de inspiración nazarí, aunque su desarrollo fue frenado por auge del Renacimiento.
Úbeda también está formado por algunos interesantes edificios medievales con elementos mudéjares en su decoración, que normalmente pasan bastante desapercibidos ante el lujo del arte renacentista andaluz del siglo XVI. Un interesante ejemplo a mencionar de estos inmuebles, es la desconocida Iglesia de Santo Domingo de Silos.
En las entrañas de la Úbeda monumental, se sitúa el recatado barrio de Santo Domingo. Haciendo principio con la calle Luna y Sol, se alza resistiendo el paso del tiempo, la antigua iglesia que da nombre al popular barrio.
Su origen no se conoce con precisión. Se puede situar entre los siglos XIII y XIV, a juzgar por una serie de canecillos en la fachada norte que nos remiten a un primitivo origen, probablemente del siglo XIII.
La estructura de su fábrica, sin duda alguna reedificada con posterioridad, queda concebida dentro de postulados estilísticos de carácter gótico-mudéjar, propios ya de finales del siglo XV: Única nave de salón, con cabecera poligonal -o capilla mayor- destacada cubierta por bóveda de nervios rematados en florón y capillas laterales en su lado sur, entre contrafuertes. La torre se edificó en 1702. Sus portadas son renacentistas: la sur, bello ejemplar plateresco, es de los años 1520-1525 y la norte, de la primera década del siglo XVII.
La nave, tras el arco toral, está cubierta por un espléndido artesonado ataujerado de par y nudillo, con casetones de estilo renacentista a base de molduras que forman compartimentos cóncavos, cuadrados o rectangulares, sujetado por magníficas tirantas de lacería mudéjar. Precisamente es una de las manifestaciones artística más característica del mudéjar en Úbeda, en peligro de ruina, por grandes humedades y desprendimiento que presenta en la actualidad, dicho artesonado...
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