3 dic 2023

La Reina Isabel la Católica en Úbeda


 

Santa Clara de Úbeda es un monasterio inigualable. En sus aposentos pernoctó la reina Isabel la Católica, cuando iba a la conquista del último grano de Granada en manos del moro Boabdil.

Finales del siglo XV, encauzaba Isabel la Católica su camino hacia el último reducto ocupado por los musulmanes en la península ibérica: El impenetrable reino de Granada. Era el año 1489, que marcaba el comienzo del fin del reino nazarí, cuando en otoño, Isabel de Castilla se dirigía a la campaña de Baza. Ya había caído Málaga, Loja, Ronda, Álora, Lucena, Alhama y Zahara. Con la conquista de la ciudad de la hoya, Granada quedaba prácticamente sitiada. Cuando cae Baza, los árabes entregan con ella Guadix y Almería sin esperar al cerco cristiano para centrar sus esfuerzos en la ciudad de la Alhambra.  Dada la importancia de esta batalla, la mismísima reina decidió ir en persona a alentar a las tropas organizadas por su marido, Fernado con más de 12000 soldados de caballería y 50000 de infantería. La visita de Isabel, unida al buen tiempo y la obvia superioridad numérica y logística de los cristianos hizo que, la víspera de Santa Bárbara, el sitio llegara a su fin.

Viajes por las tierras de Castilla

Isabel la Católica, que por entonces tenía su corte en diferentes ciudades en función de la realidad política del país, decide trasladar su corte a la línea de batalla. Isabel había dado a luz a su última hija, Catalina, 4 años antes, dejó a sus cinco vástagos en manos de cuidadores y preceptores de confianza y partió hacia el sur de España. Los caminos de la España del S.XV dejaban que desear. Llenos de saqueadores y peligros, las malas condiciones se acentuaban conforme más cerca se estaba del lugar de la frontera. En su caminar hacia Baza, Isabel decide pernoctar en la primera ciudad que encuentren esa noche del 5 de noviembre de 1489. ¿Qué ciudad encuentran? ¡Úbeda!

La Úbeda que encuentra Isabel la Católica

La Úbeda de 1489 poco o nada tiene que ver con la Úbeda que vemos hoy día, fruto del esplendor que vivió en los S.XVI  ya durante el reinado del nieto de la monarca, Carlos I de España. Era una ciudad pequeña, deteriorada, consecuencia de llevar años siendo tierra de frontera y víctima de incursiones de musulmanes y luchas internas.

En el corazón de esta ciudad, se situaba el convento de Santa Clara. Se trata del convento más antiguo de Úbeda, fundado después de la reconquista  por las monjas Franciscanas. El primero documento del que se tiene constancia de la existencia de este convento es de 1290.

No es de extrañar que la piadosa reina eligiera este lugar para pernoctar. Un lugar donde orar por la fortuna de las tropas cristianas y un rincón donde descansar su largo viaje.

Isabel la Católica duerme en el convento de Santa Clara

Lo que hoy vemos no tiene mucho que ver con lo que vio la reina. La portada principal, en la plaza del mismo nombre, data de 1779, por lo que es de estilo barroco. Detrás de ella hay otra portada mudejar, que aunque más cercana a la época de Isabel la Católica, es posterior a su visita.

Por desgracia, las condiciones del convento dejan mucho que desear. Con muy pocas religiosas desde comienzos de este siglo, sobreviven a duras penas con la venta de deliciosos dulces caseros.



La leyenda de la puerta de Granada que dejó Isabel la Católica

Como todas las visitas magnánimas, con su paso, se dejó una leyenda que pervive a día de hoy. La puerta de Granada es una puerta de la muralla árabe que se sitúa en Úbeda. Cuenta la tradición que por ella pasó Isabel la Católica en su reconquista, camino hacia el último reducto de la civilización mora, Granada. Cargados como iban de víveres y recursos para las tropas, abandonaron un cofre cargado de oro y joyas sin darse cuenta. Los responsables de la ciudad, no permitieron que este dinero acabaron en manos equivocadas por lo que lo escondieron esperando el regreso de sus dueños.

Dice la leyenda que este cofre fue escondido cerca de la puerta. ¿Cómo recuperarlo? Sólo aquél que consiga comerse una granada en el dintel de la puerta sin que se le caiga un grano al suelo será quien lo descubra.




Monumento de Isabel La Católica en Mengibar.

 «el 26 de noviembre de 1504 moría, en Medina del Campo, la más célebre reina que ha dado la Historia de España: Isabel I de Castilla, 'la Católica'. La reina paciente que conquistó Granada, la que creyó en aquel navegante genovés apellidado Colón que acabaría descubriendo América, la que inspiró películas y series siglos después de su muerte. Y, siguiendo sus deseos, emprendió un camino hacia la ciudad de la Alhambra donde pidió ser enterrada. Pero el trayecto estaría lleno de vicisitudes, de caminos embarrados, de noches de lluvia eterna. Sólo así pudo nacer este proyecto. A las orillas del Guadalquivir a su paso por Mengíbar: La Tormenta que cambió la Historia. Porque fue una tormenta la que hizo que el Cortejo fúnebre de la Católica desviase su ruta, cruzase el río embravecido que acabaría tragándose alguna montura desafortunada, y llegase a velar el real cuerpo en la Iglesia de San Pedro Apóstol. Desde ese momento, la historia de Mengíbar quedaría para siempre unida a la figura de la reina más mediática de nuestro país». 

2 oct 2023

El “hombre salvaje” en Úbeda.

 


Casa de los Salvajes Úbeda. De 1913, y de Enrique Romero de Torres.
, foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan.


El “hombre salvaje” en Úbeda.

Juan Ángel López Barrionuevo

Salvaje. Portada del colegio de San Gregorio de Valladolid, h. 1499
 Fuente internet


El “hombre salvaje” como habitualmente se le denomina en la historiografía del arte, es en realidad una figura puramente mítica, una invención literaria y atractiva de la imaginación medieval. Nacida de una idea muy elaborada acerca de las capacidades humanas en sus dimensiones morales, pero luego rehecha y, como todo lo puramente literario e inventado, adscrito a significados distintos, cuando no contradictorios.

La apariencia física del «hombre salvaje» es muy similar en todas sus representaciones: un hombre desnudo, cubierto de denso pelo el cuerpo entero, a excepción de la cara y los pies, y la «mujer salvaje» lo mismo, con sus pechos también despejados de pelo.

En sus inicios era también gigantesco, aunque este hecho se tenía por equivalente de estupidez, y por ello pronto perdió esa característica, reduciendo su escala.

Se le creyó originario de regiones alpinas, frías y salvajes, como el Tirol, el Harz y Algau, o los bosques de Wallis en Suiza.

En sus inicios era tenido por un ser brutal, primitivo, agresivo, violento, dotado de ingenio, fuerza y una gran maza.

En un principio sirvió como expresión gráfica y estética del ser «antisocial» e «incivilizado», contrapunto del hombre perfecto, civilizado. Servía para expresar esa fuerza que la Naturaleza tiene, generalmente manifestada en sus accidentes meteorológicos, incontrolables, destructivos. Esa Naturaleza malvada y enemiga se representaba en el «hombre salvaje».

 

+ Salvajes

El salvaje es un ser fantástico cuya iconografía se fragua en los siglos XII y XIII, apareciendo ya en el XIV, hasta triunfar en el siglo XV, prolongándose su presencia en el XVI. 

_Salvaje_en_la_fachada_del_palacio_del_Infantado_en_Guadalajara
. Fuente Internet


Se concibe como un ser, a medio camino entre el hombre y la bestia, que vive al margen del mundo civilizado en el bosque. Este es visto como un lugar peligroso habitado por gente proscrita. 

Su cuerpo peludo y fuerte, con largos mechones y barba, le dan un aspecto de fiera y representa las pasiones que el hombre tiene que dominar o el enemigo al que el caballero tiene que derrotar en defensa de la dama y ponerle a su servicio como tenante de escudos o guardián de puertas, dada su fortaleza.

En los desfiles que precedían a los torneos era costumbre que personas disfrazadas de salvajes desfilaran con los escudos de los caballeros que iban a competir y que los llevaran hasta los heraldos y farautes encargados de examinar los blasones de los contendientes. Esto nos explica la presencia de salvajes como tenantes de escudos.

Los «salvajes» en la arquitectura ubetense

En la arquitectura local de finales del siglo XV y durante todo el siglo XVI es habitual encontrar a estos extraños seres custodiando el escudo de las familias nobiliarias ubetenses. Figuras rudas y mitológicas que son vistas como defensores del clan familiar. Por su primitiva apariencia, indican al visitante foráneo que el origen de su linaje se pierde en la noche de los tiempos. Que su ascendencia se remonta al inicio de la humanidad…

Los llamados «salvajes» simbolizan también la sumisión inquebrantable con la noble estirpe que representan, ciñendo gruesas cadenas en la cintura y grilletes en los tobillos. Son seres invencibles y están al servicio de los nobles señores que habitan tan distinguida residencia.

Los hombres salvajes aparecen con armas como la porra, muy típica en ellos, y un alfanje, aunque en realidad la espada les está vedada. Las mujeres salvajes, por el contrario, tienen un aspecto un tanto delicado y nada horroroso, bastante lejos de las grotescas representaciones medievales

Nuestro recorrido por la representación de la figura del salvaje en la ciudad de Úbeda debe iniciarse por la Casa de los Salvajes, obra edificada en la primera mitad del s. XVI, y que perteneció a D. Francisco de Vago, Camarero del Obispo D. Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, Así, los salvajes que se encuentran encadenados al escudo simbolizan el vicio sometido a la virtud representada en este caso por la heráldica del obispo al que sirvió el Camarero Vago, D. Alonso Suárez de la Fuente del Sauce. De esta forma las desmedida pasión e inmoralidad proyectada por la salvaje queda completamente subyugada al lema que presenta el escudo. La exégesis del salvaje como vicio ya aparece formulada en el poema ascético humano la Psico maquia redactado por el cordobés Prudencio en el s. IV d.C., y en donde se escenificaría un combate entre vicios y virtudes

Un segundo ejemplo lo hallamos en la Portada del Caballerizo Ortega que pertenecía al palacio de D. Cristóbal Ortega, Regidor de Úbeda, Caballerizo del rey Felipe II, y que contrajo matrimonio con Dña. Ana de Sarmiento. La interpretación de los salvajes es similar a la anteriormente manifestada con la Casa de los Salvajes, a pesar de un menor pronunciamiento alegórico-moral en este caso a causa de la ausencia de lema o inscripción en la heráldica familiar.

Y por último ejemplo, La Casa de las Torres

Situada frente a la recientemente rehabilitada iglesia de San Lorenzo, el Palacio de los Dávalos, popularmente conocido como Casa de las Torres, fue mandado edificar hacia 1520 por el Corregidos y caballero santiaguista Andrés Dávalos de la Cueva sobre el solar en el que se asentaba la morada de su antepasado Ruy López de Dávalos, Tercer Condestable de Castilla entre 1400 y 1423.

Se trata de un magnífico ejemplo de alcázar urbano en el que se conjugan a la perfección la solidez propia de una fortaleza medieval con el refinamiento estético clasicista que "explosionó" durante esa "Edad de Oro" económica y cultural que fue para la ciudad de Úbeda todo el siglo XVI.

Al exterior, el interés se concentra en su monumental fachada plateresca, enmarcada en dos potentes torreones cúbicos y estructurada tres calles verticales y otros tantos cuerpos en altura.

En el primero de ellos se abre la portada de medio punto dovelada con bustos laureados en sus enjutas. En el segundo, separado por una bellísima cornisa ornamental, se despliega un frontón semicircular que abraza el escudo de la familia Dávalos sostenido por dos salvajes, abriéndose en las calles laterales sendas ventanas abalaustradas coronadas por frontones avenerados.

Para el último de los cuerpos se trazó un segundo frontón -esta vez triangular- rodeado de un sinfín de motivos decorativos en relieve típicamente clasicistas como candelieri, grutescos, motivos heráldicos, zarcillos, veneras, etcétera. Remata la fachada un alero en voladizo enriquecido con originales ornamentos de crestería y un conjunto de gárgolas.

Casa del Caballerizo

Casa de los Salvajes

Casa de las Torres


Fuente;

ALEGORÍA Y MITOLOGÍA EN ÚBEDA Y BAEZA DURANTE EL RENACIMIENTO POR JOAQUÍN MONTES BARDO

https://www.arteguias.com/jaen/ubeda.htm

La iconografía del salvaje. ejemplos plásticos en la ... JOSÉ MIGUEL GÁMEZ SALAS

11 jul 2023

Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda; Año 1972 Reconstrucción de las Cubiertas de su Ábside.


Aspecto exterior de la Sacra Capilla, años 1950, antes de la reconstrucción de los tejados de su ábside . Foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan


Ábside de la Sacra Capilla de El Salvador antes de su reconstrucción, foto Redjaén




Ábside de la Sacra Capilla de El Salvador después de su reconstrucción, foto monumental.net




Sacra Capilla de El Salvador; Año 1972 Reconstrucción de las Cubiertas de su Ábside.

Juan Ángel López Barrionuevo

La Sacra Capilla del Salvador del Mundo de Úbeda se ubica en el eje este-oeste de axialidad longitudinal de la emblemática plaza de Juan Vázquez de Molina, uno de los conjuntos renacentistas más asombrosos de nuestro país y el recinto abierto más extenso y despejado de toda la retícula urbana en el corazón arqueológico, histórico y arquitectónico de la ciudad, el barrio del alcázar, donde a lo largo de la historia han estado una fortaleza musulmana, la mezquita mayor, la colegiata de Santa María, los grandes palacios del Renacimiento, el antiguo pósito, iglesias, conventos o la judería., cuya TIPOLOGÍA pertenece a la Arquitectura religiosa, Capilla funeraria.  Posee una superficie de parcela: 1.200 m2. De estilo Renacentista, sus autores son Diego de Siloé y Andrés de Vandelvira.

Fundada por Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos I, como capilla y panteón privados. En 1536 comienzan las obras, según trazas de Diego de Siloé, en los terrenos cedidos por la Hermandad de los Venerables Ancianos del Divino Salvador de Úbeda. En una segunda fase, iniciada en 1540, el proyecto es retomado por Andrés de Vandelvira, responsable del diseño de la sacristía, portadas laterales y ejecución del templo. La concepción del edificio, de gran complejidad programática, se efectúa desde los más puros planteamientos del Humanismo del siglo XVI, y como una continua referencia simbólica a la muerte, al pensamiento del momento y a la autoafirmación del promotor.

PLANTA Y ORGANIZACIÓN ARQUITECTÓNICA: 

Siloé conjuga en la planta una grandiosa y simbólica rotonda de forma circular, inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén, y un rectángulo que forma una nave longitudinal que recuerda a las basílicas romanas.

La parte basilical está dividida en tres tramos cubiertos por bóvedas vaídas y decoradas con falsos nervios. Cada tramo está delimitado por columnas corintias de orden gigante sobre pedestales que albergan capillas-hornacinas entre sus contrafuertes. En las capillas había esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas mayoritariamente procedentes de Italia donadas por su fundador que, o bien fueron destruidas en la Guerra Civil o trasladadas a otros lugares.

A los pies del templo, la tribuna del coro alberga el órgano neoclásico de Francisco Javier Fernández, y en la misma se disponían dos sillerías que se conservan parcialmente: la del coro alto tallada por Blas de Briño en nogal y la sillería baja, tallada por Antonio Medina.

La portada principal, réplica de la del Perdón de la Catedral de Granada, se estructura a modo de arco de triunfo con una decoración escultórica que funciona en correspondencia con la del retablo (Alonso de Berruguete), ambas presididas por la Transfiguración de Cristo. El programa iconográfico desarrollado en las esculturas de las portadas y sacristía (Esteban Jamete) toma como base intelectual el Humanismo erasmista y el neoplatonismo, utilizando alegorías de la Biblia, el mito clásico y el tiempo histórico del patrono de la obra, para exaltar la gloria del Salvador del Mundo, de la cristiandad y del propio Francisco de los Cobos. Su actual USO es Religioso, cultural y turístico. Es de propiedad privada, y pertenece a la Fundación Ducal Medinaceli.

ESTADO DE CONSERVACIÓN E INTERVENCIONES SIGNIFICATIVAS:

En buen estado de conservación generalizado. De 1956 a 1966, arreglo de cubiertas, consolidación del ábside y de la torre, y restauración del altar mayor. En 1972, arreglo de la cubierta y cúpula del ábside. En 2003, restauración pinturas murales del interior.

Gracias a la información facilitada por el historiador José Manuel Almansa Moreno, acerca del arreglo de la cubierta y cúpula del ábside, sabemos lo siguiente[1];

… En 1969 existe un proyecto firmado por Prieto para reformar la cúpula de la rotonda en la cual, quizás por falta de un zunchado adecuado o por el movimiento y empujes del propio edificio, habían aparecido algunas grietas que se debían atajar lo antes posible; igualmente, los nervios del case tonado de la cúpula presentaban otros desperfectos que obligaban a consolidar y restaurar esta zona.[2]

El proyecto no fue ejecutado en aquel momento, sino que sería replanteado y ejecutado en 1972 por Llopis Solbes.

La estructura afectada era la que sostenía el tejado sobre la cúpula, con un anillo superior en el arranque de la linterna de la que partían los pares de gran longitud que acababan en un durmiente sobre el muro de cornisa de la bóveda. Al encontrarse la madera totalmente podrida por la humedad y la polilla, las cabezas de los pares se habían soltado y toda la estructura, así como la teja gravitaba directamente sobre la cúpula, lo cual provocaba un alarmante proceso de agrietamiento, siendo urgen te la intervención. Con el fin de corregir las deficiencias señaladas se sustituye la estructura de madera por otra metálica, construyendo un anillo de hormigón armado en la base de la cúpula que debía soportar las cargas y empujes de ésta, repartiéndolas de manera uniforme sobre los muros sustentantes. Tras esto se desmontaría la cubierta de teja de la cúpula con el fin de consolidar y reforzar el atirantado. Para evitar las filtraciones del agua se dispone una lámina especial asfáltica impermeabilizante y doble hilera de rasilla cerámica, sobre la cual se volvería a colocar nuevamente las tejas. La dificultad de la intervención se debió al hecho que hubo que apear toda la cúpula (con una altura de hasta 29’20 metros en la clave), desmontando la cubierta por fases equilibradas para no producir tensiones inadecuadas en la misma. Aprovechando la instalación del andamiaje, se restaurarían las cornisas que forman la base de la cúpula; del mismo modo se restaurarían los nervios del casetonado de la bóveda de la capilla, dejándola preparada para una futura restauración de las pinturas.[3] Por su parte, en las cubiertas de la nave y de las capillas laterales tan sólo se hace una revisión global, llevando a cabo una limpieza general y reponiendo las piezas que faltaban o que se encontraban rotas…

Fuentes:

'Reconstrucción y restauración monumental de la provincia de Jaén durante el Franquismo'. José Manuel Almansa Moreno. I.E.G. 2021

https://viajarconelarte.blogspot.com/2021/10/la-sacra-capilla-del-salvador-del-mundo.html

https://www.vandelviraturismo.com/sacra-capilla-del-salvador-ubeda-s-xvi/

 



[1] 'Reconstrucción y restauración monumental de la provincia de Jaén durante el Franquismo'https://ubeda.ideal.es/ubeda/jose-manuel-almansa-20211113102830-nt.html

 

[2]  PRIETO-MORENO PARDO, Francisco. Proyecto de obras de consolidación y restauración de la Capilla del Salvador de Úbeda (Jaén). Agosto 1969. AGA, Fondo Ministerio de Cultura, Expedientes de Restauración de Monumentos (03)115, caja 26/00170.

 

[3] Las pinturas no fueron restauradas hasta 2003, intervención llevada a cabo por la Empresa “Tekné Conservación y Restauración S.L.” bajo la supervisión de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales. Véase: FERRETE PONCE, Santiago. Restauración de las pinturas murales de la cúpula, capilla del sagrario y portada de entrada a la sacristía. Iglesia del Salvador, Úbeda. Enero-noviembre 2003. IPCE, BM 378.). 

6 jul 2023

UN PALACIO CON ENCANTO E HISTORIA EN LA CALLE REAL DE ÚBEDA. "El Palacio De Los Condes De Alicún".

Detalle de la Torre del Conde de Guadiana. Foto de Ángel Almagro


















Juan Ángel López Barrionuevo


 

De la arquitectura civil público-privada en Úbeda encontramos ejemplos desde el siglo XIV al siglo XX. En ella se agrupan la administración constructiva entre la pequeña nobleza y capitalistas, seguida de cerca por los poderes públicos. Del primer tercio de este siglo, con elementos del XV ya trasnochados, son las fachadas del palacio de Torrente de la calle Montiel, construido en la segunda mitad del siglo XVI es una pieza clave del plateresco en la ciudad. El palacio de Los Dávalos “Casa de las Torres”, ejemplo señero de casa palacio con torres de origen guerrero medieval cuya herencia pervivirá hasta bien entrado el siglo XVII en otros palacios. Del principio del siglo XVI es también la fachada de la casa del Regidor ubicada hoy en la plaza de Vázquez de Molina.

 

En el palacio ubetense, un rasgo distintivo es el patio columnizado central caracterizado por columnas de módulo estrecho y esbelto, así como la portada adintelada flanqueada por columnas o pilares y el balconcillo en esquina con columnita marmórea medial. La ciudad ofrece uno de los conjuntos palaciegos renacentista más interesantes de España. Los palacios ubetenses son así el reflejo de la competencia nobiliaria que se va a potenciar durante los siglos XVI y XVII en una arquitectura civil más privada que pública de carácter autoafirmarte. En este sentido será principalmente la familia Cobos la que realice un conjunto urbano singular; destacando el proyecto de Francisco de los Cobos de programar en un mismo espacio su palacio, su capilla funeraria, un hospital y una universidad, obra esta última que no pudo acometer.

 



Fotografía realizada a comienzos de los años veinte, de la calle Real, donde vemos majestuosa la torre del Conde de Guadiana. En la parte izquierda se ve el antiguo edificio donde hoy se encuentra la Farmacia. Gentileza de Gabriel Delgado Juan

 

Pertenece EL PALACIO DE LOS CONDES DE ALICÚN.  Al tipo característico de la arquitectura civil. Con una superficie de unos 1.500 m 2, de parcela. De autor anónimo. Su estilo es Renacentista.

 

 Fundado por Antonio de Ortega Porcel Valencia y Molina, Emprendió su construcción en la última década del siglo XVI, en cuanto a la Torre fue construida a principios del siglo XVII por encargo de Andrés Ortega, señor de Alicún de Ortega, el nombre actual de este palacio se debe a su posterior propietario Lope de la Cueva y Guzmán, primer Conde de Guadiana desde 1711.

 

Organizado conforme a los parámetros de palacio renacentista, en torno a un patio porticado central, su singularidad estriba en el tratamiento de su torre. Construida entre 1611 y 1615, se concibe, por su carácter de símbolo nobiliario de exaltación de un linaje, como un apéndice del edificio para mostrarse a la calle Real, principal acceso al recinto intramuros de la ciudad. De planta cuadrada, se organiza en cuatro cuerpos en los que destacan grandes balcones, con el central en esquina. El cuerpo superior presenta el tipo de galería abierta vandelviriana, difundida tras su utilización por vez primera en el palacio de Vela de los Cobos. La decoración se plantea como un ostentoso programa propagandístico en el que destaca la heráldica familiar, y en el que se combinan elementos manieristas foráneos en conjunción con elementos tradicionales en la arquitectura local del siglo XVI. Sin duda, la gran singularidad del edificio radica en su torre, la cual se constituye como un epígono urbano del palacio-fortaleza tardomedieval y se convierte en símbolo nobiliario de exaltación de un linaje al ubicarse estratégicamente dispuesta como principal referente visual de la calle Real, como ya he citado.

 

Su uso histórico fue el residencial, siendo su último propietario que fue José Pasquau López. En 1906 el edificio fue cedido a las Carmelitas Descalzas, quienes emplearían la cercana Iglesia de San Pedro (hoy abandonada a su suerte) como capilla conventual. Acerca de la restauración de este palacio, a mediados del siglo XX, sabemos por José Manuel Almansa Moreno, lo siguiente[1]: …Ya vimos cómo las religiosas efectuaron una serie de obras entre 1962-1968 financiadas por la Junta Nacional de Re construcción de Templos Parroquiales y la Dirección General de Arquitectura, y que afectaban especialmente a la iglesia de San Pedro. Con motivo de estas obras se actúa igualmente en el Palacio de Mancera, concretamente en su torre, firmándose el proyecto en 1966 de forma conjunta entre Prieto y Llopis. El tejado de la torre se disponía a cuatro aguas con un fuerte pendiente, estando recubierto por tejas vidriadas en blanco y negro. En gran medida, la cubierta estaba descompuesta por la entrada de agua a través de los huecos de la última planta (que carecían de cierres), lo cual afectaba a la armadura de madera interior. Por ello se plantea hacer un repaso general de las cubiertas, limpiando, ordenando[2] y reponiendo tejas (calculándose en torno al 25%). Tras esto se colocan carpinterías nuevas de madera de pino y ventanas de cristal para cerrar las ventanas del piso superior. Se finalizaría la actuación con la restauración del pavimento de la última planta (seriamente dañado por el agua de lluvia) y limpiando la armadura de madera con aceite de linaza

 

En 1988, Las Hermanas Carmelitas, abandonan el Palacio, y en el año 2008, 20 años después, comienzan nuevas de reconstrucción (no exentas de polémicas, La intervención en la cubierta de la torre del Palacio de los Condes de Guadiana de Úbeda no convence. El edificio está siendo restaurado para la puesta en marcha de un hotel de cinco estrellas, y la monumental torre, considerada una de las más bellas de España, albergará una lujosa suite de dos plantas. Pero su aspecto exterior tras la colocación de las tejas no tiene nada que ver con el original. Al menos así lo entienden desde el grupo de ubetenses que se hacen llamar Caballeros Veinticuatro)[3] en este inmueble, para ser adaptado, como Hotel, siendo este lujoso Hotel de 5 estrellas, en septiembre de 2015.[4]

 

El Hotel situado en este Palacio, cuenta con 37 habitaciones, incluyendo dos impresionantes master suite, las cuales se encuentran en su espectacular torre y ocho suites de lujo. Todas ellas magníficamente decoradas, amplias y diáfanas, están diseñadas pensando en su comodidad, con un ambiente moderno, histórico y acogedor.

Cada habitación es única e irrepetible, están distribuidas en tres imponentes edificios que forman el conjunto palaciego.



[1] Reconstrucción y restauración monumental en la provincia de Jaén durante el Franquismo 297

[2] Francisco; LLOPIS SOLBES, José Antonio. Memoria de obras de restauración en la Torre de las Guadianas de Úbeda (Jaén). Abril 1966. AGA, Fondo Ministerio de Cultura, Expedientes de Restauración de Monumentos (03)115, caja 26/00211.

[3] Las tejas de la Torre de los Condes de Guadiana pierde su aspecto original,   https://www.ideal.es/jaen/20091119/ubeda-baeza/torre-palacio-condes-guadiana-20091119.html

[4] https://www.diariojaen.es/historico/cinco-estrellas-titilan-ya-en-la-ciudad-JRDJ81865


 

1 jul 2023

La Capilla De Santa Lucía En La Iglesia de San Millán de Úbeda.

 

Juan Ángel López Barrionuevo



Cada 13 de diciembre se celebra el día de Santa Lucía, una mártir cristiana nacida en el año 283 en Siracusa (actualmente una ciudad italiana que pertenecía a la provincia romana de Sicilia) y que falleció muy joven, con apenas 21 años, en el año 304. El martirio que padeció durante la persecución de Diocleciano tiene que ver con su consagración como patrona de los ciegos (es común el dicho 'Que Santa Lucía te conserve la vista') y en la actualidad es venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.

Lucía era de padres nobles y ricos, hija de Eutiquia y de un padre cuyo nombre se desconoce pero que probablemente sería Lucio, dada la costumbre romana de poner a las hijas el nombre del padre. Educada en la fe cristiana, Lucía consagró su vida a Dios e hizo un voto de virginidad.

Según cuentan su madre estaba muy enferma y quiso, antes de morir, que su hija se casara con un joven pagano. Lucía la persuadió para que fuese a rezar a la tumba de Águeda de Catania a fin de curar su enfermedad y Eutiquia sanó. Lucía le pidió que la liberara del compromiso, le dejara consagrar su vida a Dios y donara su fortuna a los más pobres y su madre accedió. Pero su pretendiente, despechado, la acusó ante el procónsul Pascasio porque sabía que era cristiana, en tiempos del emperador Diocleciano, lo que desencadenó su persecución.

El martirio de Lucía

El martirio de Lucía no está atestiguado por fuentes contemporáneas o inmediatamente posteriores a la persecución de Diocleciano, sino por relatos hagiográficos, que cuentan que cuando Lucía fue arrestada bajo la acusación de ser una cristiana, Pascasio le ordenó que hiciera sacrificios a los dioses. Entonces Lucía dijo: «Sacrificio puro delante de Dios es visitar a las viudas, los huérfanos y los peregrinos que pagan en la angustia y en la necesidad, y ya es el tercer año que me ofrecen sacrificios a Dios en Jesucristo entregando todos mis bienes.» Irritado Pascasio, ordenó a sus soldados a que la llevaran a un prostíbulo para que la violaran y luego se dirigió a Lucía diciéndole: «Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo».

Los soldados la tomaron para llevársela, la ataron con cuerdas en las manos y en los pies, pero por más que se esforzaban no podían moverla: la muchacha permanecía rígida como una roca. Al enterarse de lo sucedido, Pascasio ordenó someterla a suplicio con aceite y pez hirviendo, pero no logró hacerla desistir. Condenada a ser martirizada, antes de morir profetizó su canonización y su patronazgo como protectora de Siracusa, junto con la caída de Diocleciano y Maximiano.​

En España el 13 de diciembre se celebra el día de modistas y sastres, que se celebra en su ermita en Valencia

El relato griego —que data del siglo V— y el relato latino —datado del siglo VI al VII— son idénticos en lo fundamental, aunque difieren en algunos detalles finales: según el martiryon griego Lucía fue ciega, en tanto que según la passio latina, fue martirizada y le sacaron los ojos.

Por este motivo, Santa Lucía es la patrona de la vista. Pero no es el único argumento que se ha utilizado. La relación entre Lucía y los ojos, que hace de esta santa la protectora de la vista, deriva quizá de la cercanía etimológica del nombre griego «Lucía» con el término latino lux (luz).​ Existe la leyenda de que fue la belleza de los ojos de Lucía la que no permitía descansar a uno de sus pretendientes, por lo que ella se los arrancó y se los envió. Lleno de remordimiento e impresionado por el valor de Lucía, el pretendiente se convirtió al cristianismo.​Una leyenda medieval decía que, cuando Lucía estaba en el tribunal, aun sin ojos, seguía viendo, según recoge la wikipedia.

Es patrona de los pobres, los ciegos, de los niños enfermos y de las ciudades, pero también de los campesinos, electricistas, modistas, chóferes, fotógrafos, afiladores, cortadores, cristaleros, sastres, fontaneros y escritores. De hecho, en España el 13 de diciembre se celebra el día de modistas y sastres, que se celebra en su ermita en Valencia.

Es patrona de un conjunto de localidades:

Siracusa en Italia.

Venecia en Italia.

Zacatecoluca en El Salvador.

El Divisadero en el departamento de Morazán, en El Salvador.

Santalla de Rei en España.

Moche en Perú. Fundado en 1534 como Santa Lucía de Moche.6​

Mossoró en Brasil.

Santa Lucía del Tuy en Venezuela.

Santa Lucía, en el departamento de Canelones, Uruguay. Es además sede del municipio homónimo.

Santa Lucía Utatlán, Sololá; Santa Lucía Cotzumalguapa (Escuintla); y Santa Lucía Milpas Altas (Sacatepéquez), en Guatemala.

Santa Lucía en el departamento homónimo, provincia de San Juan, en Argentina. Allí se celebra la Fiesta Nacional de Santa Lucía.7​

Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria) Islas Canarias en España.

Hacinas, en la provincia de Burgos, España.

As Teixugueiras, Concello de Cartelle, provincia de Ourense, Galicia

 

 

Las Capillas De Santa Lucía En San Millán.


Por último, nos cuenta Ginés Torres Navarrete[1] “…Sobre el arco o junto a él, en la Puerta de Ibiut, razón por la que también se le conoció por Puerta de Santa Lucía, intramuros, se labró Dios sabe cuándo una hornacina dedicada a la abogada de la vista. Esta desapareció en 1865 al ser derribada lo que de dicha puerta quedaba…”

Es de opinar, que la imagen pasara a la ya existente Capilla de Santa Lucia de San Millán. Dónde la imagen fue destruida en 1936; con el resto del patrimonio mobiliario que poseía la iglesia.
El templo a lo largo del tiempo ha poseído dos capillas dedicadas a Santa Lucía. La primera se situaba colateral al acceso de la Sacristía. Y sabemos por Ginés Torres: “…éste de Santa Lucía es la misma que la de San Cristóbal, entierro igualmente de los Moya. En el mismo altar debieron de venerarse ambas imágenes…”. Ruiz Prieto, nos dice acerca de esta Capilla “había restos de una nave donde estaba la Capilla de santa lucía y el altar de Ntra. Sra. de las Mercedes. Se tapizaron no hace muchos años los arcos…, y la imagen de Santa Lucía se mudó a la primera Capilla del lado de la Epístola… Colateral a la segunda puerta de entrada á la iglesia… fue antiguo baptisterio…”[2]


Con este escrito, podemos teorizar que la actual capilla de Santa Lucía[7], fue su nave tapiada a finales del siglo XIX, para así colocar el altar y la imagen de la santa. Así mismo durante Agosto de 2005; la cofradía restauró la aludida capilla, abriendo la nave de la antigua capilla bautismal, restaurando la bóveda, el arco; etc.… etc.…

 

[1] Ruiz Prieto, Historia de Úbeda; pág. 83 Historia Eclesiástica.


[2] Antigua capilla del baptisterio, cuya pila bautismal de mármol del siglo XVI, con heráldica del prelado que la costeó, el obispo Francisco de Mendoza.

 

Fuente: Wikipedia

29 jun 2023

Monumento al General Saro, a los 16 años de su restauración (2007-2023).

 

Juan Ángel López Barrionuevo

Monumento Al General Saro, año 1982. Foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan

Monumento al General Saro. año 2015. Foto de Francisco Miguel Merino Laguna

Monumento al General Saro. Monumento al General Saro. Postal de Ediciones García Garrabella.(1968) Gabriel Delgado Juan


 

El 30 de marzo de 2007 pasó a la historia como el día en que finalizaron las obras del parking de la Plaza de Andalucía ya que, tras 7 años en el exilio necesario, el monumento al General Saro ha volvió a su plaza.

 En cuanto a Don Leopoldo Saro Marín[1], fue un gran benefactor hacia el pueblo de Úbeda, que bajo sus auspicios en la década de los años veinte, realizó numerosas obras de gran envergadura en nuestra ciudad: la Explanada, el Alcázar o Cristo del Gallo entre otras, hizo el Cuartel de la Remonta (hoy Academia de la Guardia Civil), Parador Nacional de Turismo e inició el ferrocarril de Baeza-Utiel, etc.

Como gratitud, el pueblo decide en Julio de 1928, la erección de un monumento a este personaje histórico. De su ejecución se encarga el escultor de Santisteban del Puerto, Jacinto Higueras, el arquitecto municipal don Eduardo de Garay y al arquitecto auxiliar, Antonio Flores Urdapilleta.


Esta figura del General Saro, en bronce, está sobre plinto de poca altura en forma piramidal, con base rectangular en piedra. Representa en la cara anterior de unos soldados protegidos por el Ángel de la Victoria, y en la parte posterior, diversos grupos de trabajadores guardados por alado de la Paz. El basamento en piedra, se encuentra en unas condiciones muy desfavorables.
La escultura, una de las más logradas del imaginero santistebeño, está de pie y su parte es apuesto.

La historia de esta obra no puede ser más rocambolesca[2]. Realizada a instancia del ayuntamiento de Úbeda en reconocimiento a la figura del general y sufragada por el propio ayuntamiento y por suscripción popular, se instala en 1930. Desmontada[3] en varias ocasiones, la última con motivo de la creación de un aparcamiento subterráneo comenzada en el 2000, el monumento estuvo durante siete años guardado en dependencias municipales.


La figurada del general fue blanco de los disparos y la peana, también tallada por Jacinto Higueras, sufrió importantes desperfectos. La obra, restaurada por el escultor Alfonso Cobo, como ya he citado en el 2007 este monumento ha vuelto a erguirse en la plaza de Andalucía, en cuanto a Alfonso Cobo, este nació en Úbeda el día 10 de julio de 1977. Cuando abandona los estudios se pone bajo el magisterio de Ramón Cuadra para iniciar su carrera artística. De su contacto con el veterano escultor le queda su principal filiación artística de hoy, la restauración de escultura e imaginería religiosa. Actualmente, Alfonso ejerce como empresario en la Taberna Calle Melancolía, local hostelero dedicado al cantautor ubetense Joaquín Sabina.

Sobre el basamento del monumento, esta formado de  troncopiramidal, desarrolla en sus dos caras un programa simbólico cuyos precedentes se pueden rastrear en otros monumentos del autor. Por un lado, realiza un homenaje al trabajo duro y esforzado del mundo rural; por otro lado, ensalza a los héroes que luchan por la defensa de su patria. Pero procedamos a un análisis más exhaustivo.
Los relieves de la cara posterior están presididos por la diosa Minerva, divinidad griega que simboliza las artes y la sabiduría, así como el concepto de la ciudad y sus integrantes. La diosa aparece representada de cuerpo entero, siguiendo su iconografía tradicional, vestida con túnica, coronada con un casco, y portando lanza y escudo. A los lados encontramos otras dos figuras mitológicas arrodilladas: Mercurio, el dios del comercio, identificado con su pétaso (sombrero con alas), y portando una bolsa llena de dinero. Como complemento a este dios mercantil encontramos a la Abundancia, mujer dispuesta en posición similar, portando la cornucopia o cuerno de la abundancia.


A este núcleo divino se unen otros personajes que muestran el ambiente rural propio en el que se crio el escultor, y a la vez alegato de clases humildes y trabajadoras, en su lucha diaria y constante. Así, junto a Mercurio hallamos dos hombres cargando sacos, así como una mujer portando una cesta sobre sus hombros, y un tercer hombre arrastrando una carretilla. Por el otro lado, junto a la Abundancia, se dispone un hombre y dos mujeres vareando aceituna, cerrándose el conjunto con una pareja de campesinos que recogen los frutos en un canasto.

Sin duda, un bello homenaje al mundo agrícola, base de la economía y la prosperidad de las ciudades, especialmente indicado en el momento y lugar para el que se labraron estos relieves, como era la Úbeda de comienzos del siglo XX.

Vicisitudes acerca del monumento a Saro escrito por Manuel Madrid Delgado.


General Saro. 2007, tras su restauración, fotos de José Manuel Almansa Moreno


Higueras realiza un extraordinario monumento para el General Saro, uno de los mejores que hay hoy en día en la provincia. En el magnífico basamento de piedra se aprecia, de un lado, la Victoria rodeada de soldados con gestos aguerridos y en ademán de lucha, empujando combativos hacia adelante; en el otro lado el sereno ángel de la Paz -de un clasicismo extraordinario y tocado con elementos militares, para destacar el mensaje, tan propio del momento, de que la paz fructífera es consecuencia de la lucha-, rodeado de obreros, jornaleros... (Todo este basamento, sobre todo en el lado de la Paz, se encuentra muy deteriorado por los distintos traslados que ha sufrido el monumento y especialmente por el trato a que fue sometido desde junio de 2000). Sobre esta mole de piedra se levanta la estatua en bronce del general, inclinado hacia delante, con el capote militar casi arrastrando y caído de uno de los hombros, y con la mano derecha sosteniendo los prismáticos con los que parece otear el horizonte, en plena dirección de una batalla. Fue inaugurado en 1930, pero pocos meses después, instaurada la República y abierto el torpe proceso de responsabilidades por colaboración con la Dictadura, el Ayuntamiento pide a la familia -así lo acuerda el 13 de mayo de 1931- que desmonte el monumento y se haga cargo de él. Los Saro así lo hacen y el monumento es instalado en la finca de 'El Teatino'.

En 'El Teatino' -mientras las milicias buscan por Madrid a Saro para fusilarlo- los anarquistas fusilan la estatua en el verano de 1936 y la arrancan del pedestal para arrojarla a la alberca en la que pasaría los tres años de guerra: todavía son visibles esas míticas 'heridas' de bala en la efigie de Saro, todavía están visibles en el bronce las manchas del agua verdosa. Nada más terminar la guerra, la estatua es rescatada y el monumento completo se instala en la Plaza del Mercado -bautizada por entonces como "Plaza del Generalísimo"- y el 17 de agosto la ciudad celebra un funeral en memoria de Leopoldo Saro en una abarrotada iglesia de Santa María. Y se le encarga a José María Tamayo que pinte un nuevo retrato del general -el anterior también había sido pasado por las armas-, ya con los atributos de general de división, que es el que hoy cuelga en el Salón de Plenos del Ayuntamiento.

Avanzada la dictadura franquista, el monumento del general Saro vuelve a trasladarse de sitio. Si somos maliciosos, debemos pensar que no debía hacer gracia a las autoridades franquistas que un general tuviese un monumento en una plaza del Generalísimo, porque eso podía hacer pensar a los menos duchos en los entresijos de la tiranía que el 'generalísimo' era Saro y no Franco. Así que a finales de la década de los 50, y con la excusa de poner en el centro de la Plaza del Mercado una estatua a San Juan de la Cruz, el monumento de Saro se vuelve a desmontar y se traslada a la Plaza del General Saro, hoy Plaza de Andalucía. Allí la conocería el niño y adolescente y joven que fue Muñoz Molina, y el General Orduña y su estatua fusilada y su plaza llena de personajes, forman parte imprescindible del universo literario de Mágina. Allí sigue hoy en día el monumento, aunque estuvo a punto de desaparecer fusilado y ahogado por la estrechez de miras y la ignorancia políticas.

 

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Fuentes consultadas

https://www.ideal.es/jaen/v/20100410/ubeda-baeza/estatua-fusilada-20100410.html

http://civycultura.denison.edu/artes/sXX_1/galeria/pages/escultura/01.html

 https://esculturaurbana.com/podescultura/general-saro-monumento-al/


[1] Según Ginés Torres, en su volumen II, de su exaltada obra Historia de Úbeda en Sus Documentos, acerca de Leopoldo Saro y Marín, nos dice:  <“…Es vieja la vinculación de este ilustre cubano a la ciudad de Úbeda. Fue el concejal don Cesáreo Pérez Almagro quien propone al ayuntamiento el nombramiento de Saro en su categoría de “Hijo Adoptivo” de Úbeda, por su brillante actuación en la campaña del Rif, acciones militares que le valen a don Leopoldo su ascenso a Comandante.

Dice la propuesta de Pérez Almagro: “…que aunque no ha nacido en nuestra tierra, pues vio la luz bajo el hermoso cielo cubano, es ubetense de corazón y por muchos motivos profesa a este país muy hondo afecto…”>
< Es en 1927 cuando Úbeda da el nombre de don Leopoldo a la antigua Plaza de Toledo y este mismo año se le rinde un caluroso homenaje del ayuntamiento al General Saro en reconocimiento a este ilustre bienhechor… este homenaje bien pudiera consistir en la erección de una estatua instalada en una plaza o paseo el cual llevaría su nombre…

En 1928 el Ayuntamiento acuerda librar cinco mil pesetas para la estatua de Saro que fue inaugurada en 1930 >

[2] En 1928 el Ayuntamiento acuerda librar cinco mil pesetas para la estatua de Saro que fue inaugurada en 1930 >
Situada primero en el Paseo del Mercado; es en 1957, bajo la Alcaldía de Miguel Sánchez Díaz, cuando se sitúa en la antigua plaza de Toledo (actual plaza de Andalucía), el monumento del Ilustre General, siendo desmontada junto al basamento de piedra, en junio de 2000, por motivo de las obras de aparcamientos subterráneos, que se realizaron, en dicha plaza.

[3] En los primeros meses de 2003, bajo la Alcaldía de Marcelino Sánchez Ruiz, se acuerda en comisión, montar otra vez el monumento. Así, en el año 2006 un grupo de ciudadanos preocupados por su patrimonio, están recogiendo miles de firmas, para que vuelva a montarse tan singular monumento, ante la negativa del área de Urbanismo, del entonces gobierno local de Juan Pizarro (D.E.P).